21/6/11

La medición de la edad pulmonar sirve como incentivo para dejar de fumar

PorFLORENCIA CUNZOLO
En Twitter: @florcunzolo
Un estudio reciente publicado por la British Medical Journal (BMJ) reveló que la medición de la edad pulmonar sirve como incentivo para dejar de fumar. “Es muy motivante enfrentarse a la cruda realidad del daño que el cigarrillo le hace al cuerpo”, explica a Clarín.com Marta Angueira, coordinadora del Programa de Prevención y Control del Tabaquismo porteño y directora del programa “Buenos Aires, ciudad libre de humo”.


“Lo que está demostrado es que la gente se sensibiliza. Uno de los problemas que siempre tuvo el tabaquismo es que para ver los daños tardás mucho. Para ver el cáncer de pulmón y el EPOC se tarda entre 15 y 20 años. Pero acá estás poniéndole un número en ese momento al daño que le produjo (al paciente) el humo del tabaco de tantos cigarrillos”, agrega Angueira, la responsable de darle la movilizante noticia a Andrea en su consultorio del hospital Ramos Mejía. La edad pulmonar es diagnosticada en menos de cinco minutos. Se mide con un espirómetro. El paciente inspira y sopla el aire en la boquilla del aparatito de un tirón, durante seis segundos. El procedimiento se repite tres veces, se promedian las cifras, y el resultado se compara con el valor normal de una persona de su misma edad no fumadora. Y así surge el número que, la mayoría de las veces, espanta.


Sin embargo, está comprobado que el cimbronazo sirve para tomar la decisión de dejar el cigarrillo. La investigación publicada por el BMJ demostró que los pacientes a quienes se les había informado su edad pulmonar habían dejado de fumar en mayor proporción que aquellos a quienes no se les había comunicado el nivel de daño en esos términos.


Angueira agrega que la medición no sólo contribuye a la cesación tabáquica, si no también al mantenimiento. La edad pulmonar “puede mejorar y mucho”, alienta. Pero, para eso, hay que seguir un puñado de indicaciones: dejar de fumar, no estar en ambientes con humo de tabaco, realizar caminatas o algún tipo de actividad física (hasta cambiar el ascensor por las escaleras ayuda). Así, poco a poco, “la edad pulmonar se va acercando a su edad cronológica”, sostiene.


Roberto Rúa tiene 62 años y fumó durante 48. Es técnico radiólogo y entra al control agitado y transpirado en un día lluvioso y muy fresco. Hace dos meses dejó el pucho. Los deseos de “respirar, y olfatear mejor, sentir mejores gustos y caminar mejor” lo llevaron a tomar la decisión. Y ya empezó a notar los cambios. Dice que no tiene la tos que lo ahogaba a la mañana y que no necesita agregarle tanta sal a las comidas. Sin embargo, admite con su voz ronca, por momentos jadeante, que todavía se cansa mucho. Cuando la pantallita le reveló que tiene los pulmones de un hombre de 111 años se recostó sobre el respaldo de la silla y como quien elige reír para no llorar bromeó: “Como la ginebra Bols”. Ya sin ganas de chistes preguntó conociendo la respuesta “¿De terror esto, no?”.


Para consuelo de Roberto, el estudio se repite a los seis meses o al año de haber dejado de fumar y los resultados demuestran que el tiempo sí puede volver atrás.


Pese a que la recuperación del daño pulmonar es lo que más tiempo lleva, los beneficios de abandonar el cigarrillo se experimentan ya a los 20 minutos de haber apagado el último. La tensión arterial y la cantidad de monóxido de carbono (CO) en el aire exhalado disminuyen. Ese último valor se mide con otro aparatito y con un procedimiento parecido al de la edad pulmonar. “A medida que la persona disminuye el número de cigarrillos va bajando la medición de CO hasta llegar a un valor normal”, apunta la médica. En su primer mes de tratamiento para dejar el tabaco, Fabián González (47) celebra que el aparatito muestre que tiene el monóxido en valores normales. “Tengo una nena adolescente y no quería que pensara que el cigarrillo formaba parte del padre para que tampoco forme de ella”.


La sonrisa de a poco vuelve a dibujarse en el rostro de Andrea. El shock inicial le sirve para reforzar la decisión y deja el consultorio persuadida hasta la médula de que la chiquita que la espera afuera en la panza de su hermana conocerá, cuando salga al mundo, a una tía libre de humo.


Para dejar de fumar:

El Ministerio de Salud de la Nación ofrece un listado con consultorios de todo el país en los que se puede realizar el tratamiento para dejar de fumar. Además, en la línea gratuita 0800-222-1002 atiende consultas y realiza derivaciones.

Y en la Ciudad, a través del Programa de Prevención y Control del Tabaquismo en 15 hospitales porteños se ofrecen tratamientos para dejar de fumar, con cobertura de medicamentos totalmente gratuita