Las estatinas son consideradas armas eficaces en la lucha contra el colesterol. Numerosos estudios han comprobado su capacidad para reducir los niveles de lípidos en sangre e incluso, de mermar las posibilidades de sufrir problemas cardiovasculares en el futuro. En este marco, una revisión de estudios publicada recientemente en la revista especializada Juornal of the Amercian Medical Association, postula que las terapias a base de dosis elevadas de este tipo de medicamentos podría asociarse con un mayor riesgo de desarrollar diabetes. Los científicos se basaron en cinco trabajos preexistentes con datos de 32.752 pacientes sometidos a distintos tipos de terapia a base de estatinas y con un seguimiento de cinco años.
Al cruzar los datos de esos trabajos, descubrieron que entre los pacientes que tomaban dosis elevadas de estatinas (de 80 mgs diarios), se habían detectado más casos nuevos de diabetes que entre aquellos que seguían un tratamiento convencional (20 mgs diarios).
Los científicos confirmaron también la eficacia protectora de los fármacos al establecer que el riesgo de problemas graves del corazón era significativamente más bajo entre aquellos pacientes que recibían las dosis altas.
Como conclusión, destacaron que aquellas personas que toman altas dosis de estatinas deberían estar -tanto como sus médicos- muy atentos y vigilando de cerca a sus niveles de azúcar en sangre. También pusieron un especial énfasis en la necesidad de hacer nuevos estudios, esta vez específicos, en esta línea de investigación.
CAUTELA DESDE LA UNLP
Para Marcelo Tavella, titular del Programa de Prevención del Infarto en la Argentina (PROPIA), dependiente de la Universidad de La Plata, es necesario tomar con cautela los resultados de estos estudios.
"En primer lugar, hay muchos tipos de estatinas. En segundo lugar habría que esperar que estos datos sean confirmados por nuevos trabajos. Lo cierto es que, aunque hasta ahora no se asociaba a las altas dosis de estatinas con mayor riesgo de diabetes, sí se las asociaban con posibles problemas renales, por lo cual siempre hubo un cuidado especial al indicarlas", explicó.
Con todo, Tavella encuentra un aspecto positivo en la difusión de este tipo de estudios. "Es probable que a partir de este trabajo, médicos y pacientes estén más atentos para ser cuidadosos en la indicación de estatina, que en algunos casos puede retrasarse buscando respuestas al problema del colesterol en los avances que se están haciendo en el área de nutrición".
Clic para ampliarActualmente, las estatinas se utilizan para los casos de hipercolesterolemia pura y hay numerosos pacientes que las toman, obteniendo resultados eficaces en el control del colesterol.
Según indica Tavella, "este tipo de datos podrían llevar a reforzar los intentos de resolver con esquemas nutricionales la indicación de estatinas en algunos pacientes, aquellos que todavía tienen un margen de algunos meses como para intentar cambios en sus hábitos alimentarios para obtener los mismos efectos. Pero no sería posible, por ejemplo, en el caso de aquellos pacientes que ya sufrieron un infarto y que necesitan las estatinas para evitar un segundo episodio".
OTROS RIESGOS
Hasta ahora, las dosis altas de estatinas se asociaban a otro riesgo: el aumento de una enzima que, en largos períodos de tiempo, puede afectar la musculatura provocando insuficiencia renal.
Es por eso que actualmente, a los pacientes tratados con altas dosis de estatina durante prolongados períodos de tiempo, se les monitorea esta variable.
Algo parecido es lo que sugieren los autores del trabajo en torno a la diabetes: que se esté atento a su posible aparición en aquellos pacientes tratados con altas dosis de estatinas.