El 37% de los encuestados confesó haber espiado el celular o correo electrónico de su pareja. El mismo porcentaje de madres y de padres también revisa el registro de llamadas y los envíos de sus hijos. Y más de la mitad de los padres los controla a través del celular. Según el informe, y comparado con el mismo estudio del año pasado, cada vez más los menores de 25 años caen en la tentación de espiar los celulares de sus parejas: el 47% lo hace, contra el 33% de los más “adultos”. Y en este sentido, las mujeres son más suspicaces. ¿Hay motivos? ¿Son los celos? ¿Hay sospechas? No importa. Por las dudas, se revisa y que el otro ni se entere.Los porcentajes son similares entre parejas de novios y parejas casadas: más de un tercio de los entrevistados confesó haber espiado a su enamorado/a. Si antes era la agenda, en la actualidad lo más “chusmeado” es el celular y el mail. La ocasión se da cuando el teléfono móvil queda solo unos instantes. En el caso del correo electrónico, hay que conocer la clave. También están los chats y redes sociales: no falta el/la que muerto/a de celos se haga pasar por otro para ver cómo responde su media naranja ante una situación de seducción. Quien esté libre de pecado...
