De repente, uno de los perros se zambulle y muerde a uno de los tiburones. “El perro está mordiendo al tiburón”, exclama Russell Hood-Penn, que grabó esta cinta en el oeste de Australia.
Asustado, el escualo huye. Por lo que se refiere al perrito con más agallas del reino animal, se limitó a salir del agua y a sacudirse.