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PORQUE LA 106 ES LA MAS ELEGIDA
5/9/12
Quienes necesitan “empastillarse” para dormir son cada vez más jóvenes
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Por Gisele Sousa Dias
*El año pasado se prescribieron en el país 3 millones de recetas de medicamentos para dormir: un 22% más que hace 5 años, según registros del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFYB). Por año se venden 28 millones de unidades, lo que supone una facturación de unos 1.120 millones de pesos por año. Y aquí el dato más impactante: 5 millones de argentinos consumen regularmente medicamentos para dormir (recetados y de venta libre), casi dos veces la población de la ciudad de Buenos Aires.
“ Es evidente que hay un uso abusivo de las benzodiacepinas –las marcas más conocidas son Valium y Alplax– y sus derivados, que son las píldoras más recetadas para dormir. El problema es que con el tiempo generan adicción , por eso los protocolos recomiendan no superar los tres meses de uso. Sin embargo, todos sabemos que hay mucha gente que las toma durante años”, señala Daniel Cardinali, investigador del Conicet y director de Investigación de la Facultad de Ciencias Médicas de la UCA. “La melatonina, en cambio, no tiene ese problema pero como tiene un efecto hipnótico más suave, que profundiza el sueño y mejora la calidad de la vigilia a lo largo de los días, no coincide con las expectativas de mucha gente. Hablo de quienes buscan algo que los deje secos en minutos”, agrega.
¿Cuál es el riesgo de esa adicción? “Al tiempo, aparece la dependencia física . Un día la persona dice ‘las dejo’ pero la falta del fármaco genera un insomnio de rebote grave con mucho nerviosismo y termina convirtiéndose en la profecía autocumplida : si no las tomo no duermo y si las dejo, tampoco. Entonces no las dejo”, explica María Celia Daraio, neuróloga de la Fundación Favaloro y del Instituto Somnos. “Los ansiolíticos terminan siendo, entonces, una causa frecuente de insomnio. Y como muchos las toman sin indicación médica y también intentan dejarlas sin supervisión médica, fracasan.
Si el descenso no es progresivo, el insomnio vuelve.
Además, a la larga, producen trastornos de memoria, aumentan el riesgo de caídas y estados confusionales en los mayores y, al poco tiempo de uso, producen tolerancia. Es decir, obligan a aumentar las dosis y el sueño se vuelve cada vez más fragmentado”.
Otro problema habitual es que las píldoras terminen tapando otras patologías . “El ejemplo más claro es el de las apneas del sueño. Cuando alguien tiene apneas y se le receta un hipnótico para que descanse, las apneas empeoran”, explica Daniel Pérez Chada, director de la Clínica del Sueño del Hospital Austral. “Sucede que la apnea del sueño se caracteriza por pausas en la respiración producto de la relajación de los músculos de la garganta que sostienen otros tejidos. Los hipnóticos, a su vez, tienen un efecto miorrelajante. Entonces, esos músculos, que son proclives a tener poca fuerza, se relajan más y las apneas aumentan”.
Los especialistas coinciden en que los médicos de atención primaria no tienen suficiente formación para diagnosticar trastornos del sueño . Para eso, la Unidad de Medicina del Sueño de la Fundación Favaloro publicó información en su web para que otros médicos puedan atender correctamente los trastornos del sueño. Lo dice por allí: dormir y descansar tiene poco que ver con caer mágicamente en la cama. Y que la lógica de empastillarse está lejos de la búsqueda de un sueño saludable.
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