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El gobierno griego decidió reactivar un decreto ministerial que autoriza a supermercados y tiendas a vender alimentos una vez superada la fecha de caducidad, una muestra de la crisis por la que atraviesa la económia helena.
"Esta reglamentación existe desde hace muchos años. Y es algo que se permite también en el resto de Europa. Lo único que hicimos fue precisar que estos productos deben venderse a precio bajo. No entiendo por qué está causando tanto ruido", declaró hoy a la agencia Efe Yorgos Moraitakis, asesor del Ministerio de Desarrollo, Competencia y Marina Mercante.
La normativa excluye la carne y los lácteos de la lista de productos perecederos que pueden venderse y fija un límite máximo de fechas en las que se pueden seguir comercializando. Así, los alimentos en los que la fecha de caducidad viene indicada por el día y el mes, podrán seguir en el estante una semana más.
Aunque Moraitakis no quiso especificar a Efe los motivos de esta decisión y se limitó a recordar que la normativa ya existía, asociaciones de consumidores e incluso organismos oficiales han criticado la medida.
En la Grecia de la crisis, del recorte de salarios y pensiones y del aumento del paro, el precio de los alimentos y productos básicos no ha dejado de subir.
En los últimos meses, algunos productos se transformaron en un lujo asiático: La leche, por ejemplo, cuesta un 31,5% más que el precio medio existente en la zona del euro. Y el pan también excede el precio medio de la región en un 16%.
Pero la medida que quiere implementar el gobierno heleno no establece de cuánto ha de ser la rebaja del precio inicial, algo que queda a la discreción del comerciante. Para las asociaciones de consumidores, la venta de alimentos caducados supone también un dilema moral, al dividir a los griegos en dos grupos: los que pueden pagar los alimentos básicos y los que, por pobreza, se ven obligados a recurrir a alimentos de calidad dudosa.
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