INVESTIGACIN CIENTIFICA Estudian las curiosas conductas de la gente en los ascensores

.“Casi todos nos encerramos en nosotros mismos. Entramos, presionamos el botón y nos quedamos perfectamente quietos”. Así suele ser el comportamiento de la mayoría de quienes viajan en ascensor, una conducta tan peculiar que hasta un investigador se dedicó a estudiarla y llegó a conclusiones de lo más llamativas. Es que pese a ser uno de los lugares más frecuentes para los habitantes de una ciudad, el pequeño cubículo “se convierte en un espacio interesante, en donde las normas de comportamiento se vuelven extrañas. Es un ámbito socialmente curioso, a la vez que muy raro”, explica Lee Gray, prestigioso científico de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.). La sensación de ansiedad a la hora de compartir un viaje en ascensor es tal que, según el estudio, las personas siguen una serie de movimientos preestablecidos, la llamada “danza del ascensor”. Durante esta breve y obligatoria convivencia, la gente mira hacia abajo o a su celular. El espacio es tan reducido, que actuar sin parecer raro o amenazador es difícil. Por eso, la salida más fácil es simplemente evitar el contacto visual. Sin embargo, la ansiedad es muy común incluso cuando se sube (o baja) solo: muchos temen que el ascensor deje de funcionar o se caiga. A otros, simplemente, no les entusiasma la idea de permanecer encerrados, así sea durante un corto lapso. “Te encuentras dentro de una máquina que se mueve y que no controlas. No puedes ver el motor y no sabes cómo funciona”, resalta Gray. Con todo, el elevador sigue siendo “uno de los medios de transporte más seguros”, aclara el científico. Es un dato a tener en cuenta, aunque quizás no baste para superar la incomodidad de uno de los viajes más molestos (y habituales) en la ciudad. . //Gracias por tu visita//