¿No podés hacerte cargo de una mascota? Entonces, alquilala!

Quién no quiso tener un perro o gato pero, a sabiendas de que no iba a poder hacerse cargo de ella, sacrificó sus deseos de algo de compañía. En Corea del Sur, un país donde hay 5 millones de habitantes que viven solos, encontraron la solución: alquiler de mascotas. Idearon un servicio que se popularizó rápidamente entre los oficinistas, cuyas extensas jornadas laborales, les impiden cuidarlos de forma permanente. Según explica, la iniciativa sirve “para hacer felices a las personas solitarias de hoy en día”. Cuánto cuesta. “El negocio de alquiler de perros sirve para hacer felices a las personas solitarias de hoy en día, sobre todo, en Corea del Sur, donde hay unos 5 millones de ciudadanos que viven sin compañía”, comentó Park Jung-hwan, dueño y fundador de la tienda de alquiler de mascotas Domino World. Arrendar un perro por una semana entera cuesta 70 mil wones (unos 50 euros), mientras tres días saldrían por 50 mil wones (alrededor de 35 euros). Sin embargo, para aquellos que viven muy ocupados en la ajetreada Seúl, existe la posibilidad de pasar intervalos de tiempo más cortos con un juguetón yorkshire terrier o un cariñoso cocker por 10 mil wones (unos 7 euros) la hora. Entre los clientes, que cada vez recibe más solicitudes, se encuentran jóvenes que desean realizar un original y también temporal obsequio a sus parejas, productoras que necesitan un perro para rodar un anuncio, un capítulo de una serie o inclusive una película y, por supuesto, los siempre apurados empleados surcoreanos, quienes pasan una media de 44 horas trabajando. El servicio también está ganando popularidad entre la población extranjera residente en este país, ya que muchos foráneos estudian o trabajan allí por un tiempo limitado. “Alquilé un perro para el tiempo en que permanezca aquí, ya que así me siento menos solo”, comenta un joven de 29 años que trabaja como profesor de inglés. No faltan, sin embargo, voces críticas con el alquiler temporal de caninos que, en general, alegan que cambiar de entorno y de dueño cada pocos días o semanas afecta negativamente al desarrollo psicológico de estos animales fieles por naturaleza. Seo Bora-mi, portavoz del grupo surcoreano de defensa de los derechos de los animales KARA y licenciada en comportamiento animal en la Universidad de Sheffield (Reino Unido), asegura que es difícil captar la infelicidad de estos perros, aunque en casos pueden desarrollar hábitos irregulares “como ladridos constantes o incapacidad de controlar sus necesidades fisiológicas”. Filoso, Jung-hwan respondió a las críticas tocando otro punto polémico en torno a las costumbres surcoreanas. “A quienes critican esta actividad me gustaría preguntarles si no creen que aquí el verdadero abuso es comer perro”, señaló, en alusión al “kaegogi” o carne de este animal de compañía, presente en numerosos restaurantes y mercados tradicionales del país.