Si ya estás harto de que por más que regañes a tu perro, éste siga destrozando tus zapatos y haciéndose pipí dentro de la casa, no te desesperes. En unos diez años tendrán una conversación civilizada para arreglar sus problemas.
Aunque no lo creas, el experto en comportamiento animal Con Slobodchikoff, profesor de la Universidad de Arizona del Norte, está desarrollando una tecnología que puede traducir expresiones animales al inglés.
De momento, el aparato sólo traduce el idioma de los perros de pradera, pero Slobodchikoff espera
que en unos diez años la tecnología pueda abarcar a gatos y perros.
Slobodchikoff comenzó estudiando el idioma de los perros de pradera ya que su sedentarismo y hábitat de fácil acceso hacían viable su experimento. Tras observarlos durante un largo periodo de tiempo, Slobodchikoff pudo comprobar que los perros emitían sonidos distintos para diferentes tipos de depredadores.
"Los perros de la pradera dicen las cosas con gran detalle. Incluso describen las amenazas como: hay un coyote café y delgado acercándose rápidamente”, explica Slobodchikoff a la revista The Atlantic.
Tras clasificar los diferentes sonidos con base en sus características sonoras y al contexto en el que son emitidos, Slobodchikoff utilizó un sistema de inteligencia artificial que los reconociera y tradujera al inglés.
A futuro, el experto espera que el aparato, similar a un teléfono celular, pueda traducir del inglés al ladrido de los perros para poder sostener conversaciones con los animales. Así mismo, espera desarrollar traducciones para animales domésticos.
"Considera que se aplica la eutanasia a alrededor de cuatro millones de perros cada año por problemas de comportamiento. Bueno, la mayoría de los problemas ocurren por falta de comunicación entre el dueño y el perro: el humano no puede expresarle al perro lo que quiere y el perro no puede decirle al humano lo que está experimentando. Si tuvieramos un sistema que nos permitiera comunicarnos, estos problemas desaparecerían”, explica Slobodchikoff a The Atlantic.
Slobodchikoff espera que su aparato les demuestre a las personas que los animales son seres vivos, que respiran, piensan y que tienen mucho que contribuir a la vida cotidiana.