Chica récord en la Argentina y fenómeno de exportación, Martina Stoessel se convirtió en un suceso de fama y de ventas con "Violetta", el personaje de Disney con el que no solamente es un suceso televisivo sino también teatral y de merchandising. "Todo esto es un flash. No lo puedo creer...", aduce la joven estrella.
"Aunque a veces me canse, este es mi momento de disfrutar y hacer lo que toda la vida soñé", señaló la joven actriz y cantante a la revista Hola!, entrevistada como fenómeno de los últimos tiempos tanto en la televisión como en la música y en el teatro.
Martina Stoessel
tiene tan sólo 16 años pero una ilusión de siempre. Y a pesar de su juventud, ya se siente madura. "La fama me hizo crecer de golpe", confió.
Ocurre que, más allá de ser la estrella de Disney Channel con la ficción "Violetta", Martina, "Tini" para su familia y amigos, lleva unas setenta funciones en el Teatro Gran Rex de la calle Corrientes con su espectáculo desprendido de la serie y ya tiene fans en países tan distantes de la Argentina como España, Francia, Turquía, México, Rusia y Australia.
Como si esto fuera poco, acaba de ganar el premio Martín Fierro Revelación y el programa se llevó el de Mejor Serie Infantil/Juvenil; mientras que la semana pasada "Violetta", el primer CD del ciclo (van por el tercero), se alzó con un premio Carlos Gardel a la Música en la categoría Mejor Album Banda de Sonido de Cine/Televisión.
"Veo que mi cara está en remeras, carpetas, figuritas, revistas, afiches... De verdad me siento muy feliz porque pongo mucho de mí. No puedo pedir más", confesó la joven.
A pesar de la fama, y tal como puede esperarse de cualquier adolescente, Martina confesó en la misma entrevista que lo que le gusta hacer en los ratos libres es dormir. "Duermo todo lo que puedo, me levanto al mediodía. Me encantaría pintar o dibujar, pero no tengo ningún talento para eso. También tengo una maestra particular y curso el colegio por internet. Después, no me queda tiempo para nada más", detalló.
En cuanto a sus relaciones sociales, mermadas por la fama, se mostró algo afligida, y reconoció que extraña a sus amigas y compañeras de escuela. "Cuando arranqué la tele cursaba regularmente en el San Marcos, pero este año, cuando se planeó la gira que nos llevó cinco meses, nos dimos cuenta de que me iba a quedar libre, y no es la idea atrasarme con los estudios. De esta manera es mucho más relajado y las profesoras me entienden porque están acostumbrados a trabajar con bailarinas, tenistas y chicos que están en situaciones similares. A mis amigas las veo más los fines de semana. Ahora con el teatro es más complicado, pero si no, nos juntamos a comer y ellas después salen", contó.
"Yo era muy salidora y de un día para el otro esa vida se acabó. Tenía mucho miedo de quedarme sin amigas pero, todo lo contrario, me entienden y cuando tengo un hueco se reservan para verme. Se los agradezco un montón", detalló sobre su cambio de vida.
Más allá de los esfuerzos que requiere la fama, vale la pena para Martina. "Desde que soy chiquita pasaba horas frente al espejo, me ponía tacos, me pintaba, bailaba y jugaba con amigos imaginarios. Lo loco es que en casa no querían que trabajara, pero las cosas sucedieron porque tenían que ser así", contó.
"Mi papá (el productor Alejandro Stoessel) se había ido de Ideas del Sur, donde trabajaba, y fue a presentar un proyecto a Disney –contó la joven-. Para eso, me pidió si podía grabar unos temas. Yo le pregunté para qué, si ni él ni mamá me dejaban trabajar. Y pasó que un hecho artístico uno sabe dónde empieza pero no dónde termina. Que lo hiciera sólo si me divertía y me enganché enseguida, porque se trataba de grabar un par de temas con un primo de mamá, que tiene una banda, así que todo fue casero. Finalmente, al presentar este proyecto le preguntaron quién cantaba. Y como les gustó mi voz, le ofrecieron que participara de un casting para un programa que estaban armando. Jamás pensé que iba a quedar. Yo iba al colegio, estaba en otra, pero un día me confirmaron. En casa no lo podían creer. El programa sale en Europa, en toda Latinoamérica, en Australia, Turquía... Es una locura"