El papa Francisco envió una carta al presidente de Rusia, Vladimir Putin, en el marco de la Cumbre del G20 que se desarrolla en Moscú. En la misiva manifestó su preocupación por la crisis económica y pidió una solución al conflicto en Siria evitando una intervención militar.
El Santo Padre les reclamó a los líderes que se reunirán hoy en la capital rusa que "encuentren la manera de superar las posiciones en conflicto y dejar a un lado la búsqueda inútil de una
solución militar".
Francisco advirtió sobre la necesidad de "que haya un compromiso renovado de buscar, con valor y determinación, una solución pacífica a través del diálogo y la negociación de las partes, con el apoyo unánime de la comunidad internacional".
En la carta, el jefe de la Iglesia católica recuerda que "todos los gobiernos tienen el deber moral de hacer todo lo posible para garantizar la asistencia humanitaria a las personas que sufren debido al conflicto, tanto dentro como fuera de las fronteras del país".
Para finalizar, Francisco manifestó su esperanza de que sus palabras "pueden ser una valiosa contribución" en el marco del encuentro de los mandatarios y jefes de Estado y abogó por "el éxito de la labor del G20 en esta causa".
Crisis económica
El Sumo Pontífice también se refirió en la carta a la crisis económica que afecta a gran cantidad de países en los últimos cinco años. En tal sentido, Francisco destacó el rol de Rusia dentro del G20 y su "papel positivo en la promoción de la buena administración de las finanzas del mundo, que ha sido profundamente afectado por la crisis de 2008".
Así, el Papa reclamó "un marco financiero global, con reglas claras y justas, a fin de lograr un mundo más justo y fraterno, en el que sea posible superar el hambre, garantizar el empleo y la vivienda para todos, así como la asistencia sanitaria esencial".
En este sentido, Francisco agregó que se debe "consolidar la reforma de los organismos financieros internacionales" y alcanzar un "consenso sobre las normas financieras adecuadas a las circunstancias actuales".
Sin embargo, advirtió el Papa que "la economía mundial sólo se desarrollará si se permite una forma de vida digna para todos los seres humanos, no sólo para los ciudadanos de los países miembros del G20, sino para todos los habitantes de la tierra".