27/9/13

Un hospital platense combate con música el hábito de fumar

http://www.eldia.com.ar/edis/20130927/fotos_g/DATA_ART_1615970.jpgCada jueves por la tarde, el salón de actos del hospital Rossi de nuestra ciudad se convierte en una sala de música, donde los pacientes aprenden a tocar la armónica mientras caminan para distender sus músculos y relajarse. Todos tienen algo en común: son ex fumadores que participaron del taller grupal de cesación tabáquica del hospital y aprenden música para fortalecer su musculatura respiratoria. El programa es único en los hospitales públicos de la Provincia y comenzó hace dos meses, cuando uno de los pacientes del taller grupal para dejar de fumar
se propuso como voluntario para dictarlo. Actualmente funciona todos los jueves, de 12 a 14, en el salón de actos del Hospital y está orientado a ex fumadores, fumadores en proceso de abandono, personas con algún tipo de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y asmáticos. Según los últimos datos sobre el éxito de los consultorios de cesación tabáquica en la provincia de Buenos Aires –funcionan en hospitales provinciales y municipales– se logra un 30 por ciento de abstinencia promedio entre los pacientes que realizan estos tratamientos, tanto en sus modalidades grupales como individuales. La coordinadora del programa “Salud Sin Humo”, Fabiana Portas, aclara que la abstinencia se considera tal cuando la persona pasa un año sin fumar. La mayoría de los pacientes que llegan a los consultorios de cesación tabáquica llevan, al menos, entre 20 y 40 años de fumadores. “Vienen cuando están desesperados, cuando ya no se sabe qué hacer y se acepta la necesidad de ayuda. Nosotros hacemos una terapia grupal, con apoyo y contención, y ofrecemos el taller de armónica, que permite continuar en contacto con una motivación para no volver al cigarrillo”, explica Luis Ferrero, cardiólogo del Área Programática del hospital Rossi y coordinador del taller grupal para dejar de fumar, ex fumador y, ahora, alumno del taller de armónica.

LOS “ALUMNOS” DEL TALLER 
Durante 40 años Javier Catalá fue un fumador voraz que llegó a consumir 50 cigarrillos por día: cada 28 minutos se llevaba un cigarrillo a la boca. Sin embargo también fue y es un músico prolífico: docente, integrante de un trío de tango y especialista en armónica, un instrumento que no permite tocar y fumar, practicar y fumar o aprender y fumar al mismo tiempo. A los 54 años Javier se dio cuenta que necesitaba ayuda para dejar de fumar y comenzó el taller grupal de cesación tabáquica que hace 2 años se lleva a cabo en el hospital Rossi y consiste en un grupo que se reúne una vez a la semana, dejan de fumar todos al mismo tiempo y se apoyan en el camino. A este profesor de música le funcionó tan bien el tratamiento que, una vez finalizado, quiso retribuir al hospital la ayuda otorgada. “Me enteré que en Estados Unidos y en algunos países europeos los talleres de armónica se realizaban como una terapia para robustecer los músculos respiratorios -cuenta- y quise hacerlo acá porque es una forma de aprender música y contribuir a la salud. Pero también es importante la parte social, el lugar de contención y de apoyo, porque cuando terminás el taller querés seguir en contacto con algo que te motive a continuar siendo un ex fumador”. La inspiración y expiración a través de la armónica ayuda a mantener los bronquíolos abiertos, disminuye la fatiga, ayuda a respirar mejor, fortalece la actividad pulmonar y mejora la actitud y la postura corporal. Y, además, corta la relación “mano/boca” del fumador al reemplazar el cigarrillo por la armónica. Uno de los alumnos del taller -Rubén, 55 años, ex fumador y con EPOC- afirma que la técnica le hace bien, que ahora siente que está respirando un poco mejor. Y otra de las alumnas dice sin dudar que “hace que sea más consciente el tema de la respiración, que es algo que tenemos automatizado; ahora me doy cuenta de lo mal que respiraba”. El taller comienza, cada jueves, con ejercicios respiratorios, continúa con la búsqueda de un ritmo conjunto entre los alumnos y luego practican los temas que aprendieron hasta el momento, como el Himno a la alegría y el Arrorró.