La idea de Google es ambiciosa: llevar internet a través de globos interconectados en red a los lugares más remotos del mundo y a muy bajos costos. Aunque pueda parecer ciencia-ficción, la prueba piloto del Proyecto Loon ya comenzó y durante los primeros meses de 2014 los globos pasarán por Argentina y Chile, donde se espera que se puedan realizar las primeras pruebas de conectividad. PERFIL entrevistó a una de las ingenieras responsables del proyecto, Sameera Ponda, para conocer su
funcionamiento y cómo avanzará en los países emergentes en el marco de la sexta edición del Google Press Summit.
La principal característica de los globos es que están construidos con materiales con costos cientos de veces menores que los satélites. Una gran “tela” de polietileno, antenas, router, celdas solares; entre otros elementos, son parte de estos prototipos. Los globos flotan en la estratósfera, viajan a 20 kilómetros de la superficie terrestre a una altura dos veces mayor que la de los aviones. El viento se encarga de llevarlos por toda la Tierra y se desplazan ascendiendo y descendiendo. “Para establecer comunicación con ellos, es necesario tener una antena especial para internet que se conecta a las edificaciones. La señal rebota de un globo a otro y luego en la señal global de internet, en la Tierra”, explicó Ponda, ingeniera de hardware de Google, quien desde hace un año trabaja en la construcción, estabilización y manejo de los primeros prototipos de globos que viajan sobre el límite con el espacio exterior.
Ingeniería. El Proyecto Loon utiliza algoritmos de software para determinar a dónde deben dirigirse los globos. Además, mide a través de sensores variables como presión, temperatura, vientos y radiación para decidir el mejor trayecto. “Cuando un globo está listo para ser retirado de servicio, liberamos el gas de la envoltura para lograr un descenso controlado. En el caso improbable de que el globo descienda con demasiada velocidad, abrimos el paracaídas que se encuentra en la parte superior de la envoltura para disminuir la velocidad”, sostuvo Ponda, quien nació en Chile y estudió y se especializó en la industria aeroespacial en el Instituto de Tecnología de Massachusetts, en EE.UU.
Cada globo, que debe soportar unos cien días viajando alrededor del mundo, puede proporcionar conectividad a una zona de aproximadamente 40 kilómetros de diámetro, a velocidades comparables con 3G, aunque el equipo está trabajando para aumentar ese diámetro. Para las comunicaciones entre globos y entre un globo y la superficie, se utilizan antenas equipadas con una tecnología de frecuencia de radio especializada.
La prueba piloto de Loon comenzó en junio de 2013, en el paralelo 40 sur donde se lanzaron 40 globos desde Nueva Zelanda. Según Ponda, el equipo se prepara para nuevas pruebas durante los primeros meses de 2014 en la que los globos pasarán por Argentina y Chile, donde se espera que se puedan realizar las primeras pruebas de conectividad en territorio local. Periódicamente el equipo de ingenieros lanzan globos para testeos cerca de sus oficinas en Silicon Valley para “ensayar” y conocer cada vez más a estos viajeros de conectividad