4/11/13

Por falta de inversión e inacción estatal, es casi imposible utilizar redes móviles en la Argentina

http://cdn01.ib.infobae.com/adjuntos/162/imagenes/010/325/0010325964.jpg"No te escucho"; "Llamame de vuelta"; "¿Ahí me escuchás mejor?"; "¿Te llegó mi mensaje?"; "Reiniciá el teléfono"; "Esperá que ahí tengo Wi-Fi". Esas son sólo algunas de las frases que se escuchan a diario entre los usuarios de celulares en la Argentina, sin importar el horario ni de qué compañía sean clientes.
Mientras durante años fue imposible enviar un SMS o realizar un llamado en Navidad, Año Nuevo o el Día del
Amigo, hoy es prácticamente una tarea titánica estar bajo el paraguas de una conectividad móvil adecuada, que permita al menos mantener una comunicación telefónica.
La calidad del servicio de telefonía móvil depende de tres pilares, ligados al sector público y privado: reconversión tecnológica, espectro radioeléctrico disponible y nuevas antenas. Si uno falla, el sistema se degrada. Eso sucede en la Argentina.
A esa situación debe sumársele el apetito de los usuarios por estar conectados desde cualquier lugar, lo cual es acompañado por los cada vez más avanzados smartphones que inundan el mercado.
En la Argentina, de acuerdo con cifras de Carrier y Asociados, esa afirmación se traduce en que el 75% de los usuarios cambió su celular en los últimos dos años y que el 89% lo hizo para poder emplear un plan de datos que le permita estar online en cualquier lugar.
Los celulares inteligentes ya conforman casi el 20% del parque actual de dispositivos. Sólo el año pasado se vendieron más de 5 millones de smartphones, equipos que deben convivir con el mismo espectro radioeléctrico de hace 14 años. A diferencia de los celulares antiguos, los actuales consumen mucha más capacidad debido a sus prestaciones y a que ahora las llamadas son más largas. 
En medio, el 25% del espacio radioeléctrico para que se realicen las comunicaciones está inactivo tras suspenderse la licitación y quedárselo el Estado para crear una empresa mayorista. 
A pesar de que el Gobierno y las empresas aceleraron este año los procesos para mejorar la calidad del servicio de telefonía celular, la solución al conjunto de razones que provocan su mal funcionamiento hace imposible ver una pronta solución.
Espectro e inversiones Mientras desde el Gobierno apuntan contra las operadoras por no emplear eficientemente el espectro que poseen, las compañías aceleraron este año la reasignación del espacio disponible y reajuste de frecuencias para así mejorar la red 3G. Los planes contemplan además la migración de celdas a la última tecnología.
El origen por la disputa del espectro tiene años. Cuando Movistar adquirió Movicom a mediados del año 2000 tuvo que devolver 25% del espectro radioeléctrico. La licitación abierta para comprarlo iba a tener a Personal, Claro, Movistar y Nextel como principales oferentes y al final del proceso se conseguiría descomprimir el mercado casi de manera inmediata. 
Pero el proceso se canceló finalmente en 2012 y se creó Libre.ar, una empresa estatal que alquilará ese espacio en las redes para que Pymes y cooperativas ofrezcan servicios a lo largo del país. 
De cualquier manera, un informe de 4G Américas pone de manifiesto que la Argentina es uno de los países con menor espectro recomendable en América Latina. 
"En una comparación regional entre 19 países de Latinoamérica, la Argentina queda muy mal posicionada. En términos de cantidad de espectro disponible, el parámetro fue la recomendación de la UIT (Unión Internacional de las Telecomunicaciones) para 2015. En la lista, Argentina aparece antepenúltima, con un 14,62% del total de espectro recomendado", detalló Carrier. 
Al tope de la lista se ubica Brasil con un 38,65%, con lo que la Argentina se posiciona en el nivel de Bolivia y Ecuador, ambos con un 13,85 por ciento.
"Sin embargo, esta estadística no tiene en cuenta que en la Argentina hay una porción de ese espectro (25%) que es el asignado a Arsat/Libre.ar y que hoy no está en uso. Así, si se considerara únicamente el espectro en uso, la Argentina estaría en el último lugar, y cómoda", sentenció Carrier. 
Antenas, la otra deuda Además de reconvertir y mejorar las frecuencias actuales, la falta de espectro puede en gran parte combatirse con más cantidad de antenas.
La inversión corre por cuenta de las empresas, que chocan con las demoras en las habilitaciones municipales, sobre todo por las quejas que provocan entre los vecinos la presencia de las antenas. 
Además de los efectos sobre la salud, alegan contaminación visual y una baja en las cotizaciones de las viviendas. 
La OMS estableció que las emisiones de las antenas no son perjudiciales, a lo que deben sumarse las investigaciones de la Comisión Nacional de Comunicaciones y diversas universidades sobre la buena calidad de las instalaciones locales. 
Además, las emisiones son menores ante una mayor cantidad de antenas ya que los equipos actuales aumentan su potencia cuando la radio base está lejos. 
Norberto Berner, secretario de Comunicaciones, explica que desde el Gobierno se promovió un acercamiento entre intendentes y empresas para así diagramar un plan en cada municipio. 
Agrega además que el impacto visual es algo sobre lo que las empresas deberán trabajar. Disimular las antenas lograría al mismo tiempo no afectar las cotizaciones de las propiedades cercanas. 

Año activo 
A comienzos de julio, Berner anunció la elaboración de un nuevo reglamento de calidad en la prestación de servicios de telecomunicaciones. En ese momento recalcó el pedido para las operadoras que invirtieran en el sector ya que "el Gobierno observa que la inversión por ventas es muy baja en comparación con otros países". 
Según datos brindados por Berner, la relación entre ingresos e inversión de las empresas de telefonía rondó el 8% ya que éstas cuentan como inversión el subsidio sobre los terminales para bajar los precios. 
Se considera, según el funcionario, que una inversión del 20% de los ingresos equivale a expansión; un 15% a mantenimiento; y un 10% que están en retirada. 
Si bien este año desde las empresas prometieron inversiones, en agosto anunciaron un aumento de tarifas. El organismo lo calificó como "vergonzante" y prometió tomar cartas en el asunto. 
En septiembre se dio marcha atrás con el aumento y se consensuó un plan para mejorar el servicio. Además, aceleraron la puesta en marcha del nuevo reglamento de telefonía celular, que contempla obligaciones y restricciones para los aumentos, y del cual los usuarios pueden participar acercando propuestas. 
A lo largo del año, los usuarios debieron padecer interrupciones en el servicio en diversas oportunidades. Los últimos en sufrirlos fueron los clientes de Movistar. 

Sin novedades del 4G 
Mientras los usuarios ven como mejor salida poblar cuanto espacio exista con Wi-Fi, el desarrollo de la próxima tecnología, el 4G, aún es un misterio en la Argentina. 
Sin novedades por parte del Gobierno sobre el espectro específico para esa tecnología, el despliegue de la red y la aparición en el mercado de smartphones de ese tipo reafirma la idea de que no habrá una pronta solución. 
El Ministerio de Planificación había anunciado que el Estado planeaba explotar esta tecnología a través de Arsat. Esto jamás sucedió y aunque el plan se pusiera en marcha hoy mismo no habría una solución cercana para los usuarios ya que el despliegue de la red demandaría meses. 
En la región, Puerto Rico cuenta con 5 redes 4G, Brasil con 4, México, Paraguay y República Dominicana con 2 y Bolivia, Chile, Colombia y Uruguay con una cada uno. 
"Nada se va a solucionar de inmediato y por ello los problemas van a seguir existiendo y agravando a medida que en el mercado haya más smartphones", explicó Carrier y sentenció: "El 4G puede descomprimir, pero no hay ni fecha para licitar".