23/1/14

Neuquen blindó su legislatura con un muro de ladrillos de 3 metros

Los incidentes que se produjeron frente la Legislatura de Neuquén durante el debate por el acuerdo YPF-Chevron -en agosto de 2013- dejaron una huella evidente en el gobierno de Jorge Sapag, que decidió resguardar el frente del palacio legislativo con un muro de ladrillos de tres metros de altura.



La obra, que comenzó hace unos días y estará finalizada antes del reinicio de la actividad parlamentaria (el 1 de marzo), implica la elevación de una pared de protección que ya cubría el edificio central.

La razón que impulsó el refuerzo de la construcción genera versiones encontradas: las autoridades de la Cámara -difunde el diario La Mañana de Neuquén- aseguraron que no tiene relación con proteger el recinto de futuras protestas populares.

La prosecretaria administrativa, Liliana Murisi, explicó que el proyecto de elevar el muro "fue para mantener la línea arquitectónica, como tantos trabajos que se hacen permanentemente por una cuestión de diseño".


Con respecto a las críticas porque no se llamó a licitación ni se hizo ningún anuncio público, la funcionaria lo justificó argumentando que el costo del trabajo "es menor" y se financia con fondos de la Legislatura que están destinados a diversos arreglos de rutina.

Esta explicación se contrapone con voces que en off the record aseguran que el verdadero motivo de la ampliación del muro es reforzar la seguridad ante un año que avizoran complicado. Esos testimonios se refuerzan con el dato de que la obra es similar a la muralla que también se construirá en la Ciudad Judicial, con el objetivo de evitar destrozos durante las manifestaciones.

El legislador Raúl Dobrusin (Unidad Popular), ironizó sobre el tema al manifestar que ahora “la policía podrá reprimir aprovechando una posición elevada, como solían hacer los soldados medievales en los castillos". "Habría que ver si también se pueden amurallar algunos barrios populares con historial de pobreza. Con la muralla se prolonga una estética nazi”, disparó.

Lo llamativo es que la legislatura neuquina ya está protegida de diferentes maneras: cuenta con numerosos controles para dificultar el acceso; se encuentra a 20 cuadras del centro y el transporte público no llega. Evidentemente, todo eso no es suficiente.