Narcisismo, moda pasajera o fenómeno cultural. No hay acuerdo sobre en qué consisten las autofotos (ahora llamadas “selfies”) pero nadie duda de que son un símbolo de estos tiempos.
“Selfies” hay casi desde los inicios mismos de la fotografía. Tanto de la mano de sus grandes maestros como de los músicos más famosos (incluidos, por supuesto, Los Beatles). Ya sea posando frente al espejo o usando un disparador
remoto por cable para tomar la foto a distancia.
Pero lo que convierte esta fiebre en algo propio de esta época son las posibilidades técnicas actuales, especialmente la cámara frontal del celular, que permite verse a sí mismo mientras se dispara, y las redes sociales, a través de las cuales se comparte la imagen al instante. Estos avances alimentan la toma y el intercambio de autorretratos fotográficos alrededor del planeta.
El fenómeno, que ya forma parte de la vida cotidiana de estrellas y anónimos, tuvo su momento cumbre hace una semana, durante la entrega de los Oscar. La presentadora de la gala, Ellen DeGeneres, se hizo una autofoto con Bradley Cooper, Bradd Pitt, Angelina Jolie, Jennifer Lawrence, Julia Roberts y Meryl Streep, entre otros actores, que se “retuiteó” más de tres millones de veces, lo que la convirtió en la imagen más compartida en la historia de esa red social.
Nuevas versiones de la imagen no tardaron en aparecer: con personajes de Los Simpson, con muñecos de Lego o, en clave local, con Verónica Varano, Valeria Lynch, Lucía Galán y María Martha Serra Lima; o Jorge Lanata, Fernanda Iglesias y Marcelo Longobardi, entre otros. Hasta los ex presidentes Felipe Calderón (México), Alan García (Perú) y César Gaviria (Colombia) se sumaron en Bogotá a una fiebre que, sea lo que sea que signifique, llegó para quedarse.