Por: José M. Stella e Ignacio Montes de Oca
El astillero Tandanor, nacionalizado en marzo de 2007 por Néstor Kirchner, reparó 105 caniles por casi 15,5 millones de pesos. Cada uno de los "hogares de lujo" para los canes costó casi u$s16 mil a precio oficial
Luego del incendio a bordo del rompehielos Almirante Irízar el 10 de abril de 2007, el gobierno nacional viene prometiendo desde marzo de 2009 que el buque será reparado en el astillero Talleres Navales Dársena Norte Sociedad Anónima (Tandanor), nacionalizado el 30 de marzo de 2007 por el entonces presidente Néstor Kirchner.
No sólo se fue dilatando el regreso del Irízar al mar, sino que ahora
el astillero destina parte de su fuerza de trabajo para crear hogares
de lujo para los perros de la Policía Federal.
De acuerdo con documentos a los que accedió en exclusiva (Eliminando
Variables), en octubre del 2013 Tandanor y la Policía Federal Argentina
firmaron un convenio, ratificado por la contratación directa 21/2013
(sin expediente), para "el mantenimiento y reparación de 105 caniles",
por la millonaria cifra de $13.362.552,72, o bien US$ 1.653.781, según
la cotización del dólar oficial el lunes 26 de mayo del 2014.
En promedio, cada una de esas viviendas aloja a unas 5 personas, por lo
que resulta sencillo concluir que lo que se gastó en reparar los caniles
es lo mismo que se prestó para que se edifiquen casas para que vivan
265 personas. No se sabe cuántos perros vivirán en los 105 caniles
reparados por Tandanor, pero en este caso el gasto por metro cuadrado
que el Estado invierte en sus perros supera sin dudas al que destina a
los individuos de los sectores populares.
Los caniles
Según deriva del contrato, cada canil tuvo un costo de "refacción y
readecuación" de $127.262, o 15.750 dólares al valor dólar oficial de
$8,08.
El contrato, que fue rubricado tanto por el presidente de Tandanor,
Mario Nallib Fadel, como por el responsable de la Policía Federal, el
comisario general Román Argentino Di Santo, especificaba que la
superficie total a reparar era de 1.360 m2, es decir, un promedio de
12.95 metros cuadrados por cada canil. Por lo tanto se deduce que el
valor de metro cuadrado reparado era de $10.024, o 1.240 dólares
oficiales.
Si se quiere calcular de otro modo el precio de los caniles, puede
tomarse su costo por metro cuadrado y llegar a la asombrosa conclusión
que esa cifra es la que se necesita para comprar una superficie
construida equivalente en los barrios porteños de Flores o Villa Lugano.
¿En qué consisten estas verdaderas jaulas de oro para los perros
adiestrados de la Policía? Pues bien, los muros debían ser de hormigón
armado fabricados con moldes a mano portables, de "una calidad de
materiales que asegure el estado de servicio de la construcción
prácticamente sin mantenimiento edilicio posterior, una resistencia
estructural de valores muy superiores a los necesarios para soportar las
solicitaciones de servicio, fallas de terreno o exposición al
medioambiente".
En las especificaciones particulares, a las que accedió (Eliminando
Variables) exigían que cada unidad de 12.95 metros tenga una platea
semielástica de hormigón armada, de 15 cm de espesor, con una estructura
también con tabiques de hormigón armado con vigas metálicas
reticuladas. Los cerramientos también debían ser de hormigón armado, con
"toda la herrería necesaria para cumplir con los requerimientos de
seguridad y cierre de cada canil".
La cubierta de cada canil debía ser de chapa zincada de onda sinusoidal,
vinculada por medio de vigas "C", y que no debía aislar térmicamente.
Es decir, paredes de cemento reforzado y techo de chapa. Cada jaula,
además, debía tener "instalación de desagües cloacales y pluviales" de
primera marca. El agua fría debía ser con cañerías y accesorios de
prolipropileno homopolímero Saladillo H3 o similar, también de primera
marca.
Por supuesto que cada uno de los caniles debía tener instalación
eléctrica, todas con caños plásticos corrugados ignífugos, de primer
nivel. Los revestimientos –según la memoria descriptiva a la que accedió
(Eliminando Variables)- debían ser de "cerámica de primera marca, con
junta tornada y empastinado". La pintura elegida fue del tipo epoxi.
Según anexos a la documentación, en el apartado "cómputo estimado de
materiales", se precisaría unos 9.054 metros cuadrados de hierro 4.2 mm
cada 15 cm, de 5m x 2m, unos 609 metros de techo de chapa, 1.415 litros
de laca para pisos y 7.574 metros cuadrados de cerámicos.
Es probable que al ver la tardanza en poner en servicio nuevamente al
rompehielos Irízar, la Policía haya tomado las precauciones obvias ante
eventualidades o incumplimiento por parte de Tandanor. Las tareas con
los caniles, según la cláusula sexta del convenio rubricado, debían
estar concluidas en 180 días, lo que hace suponer que concluyeron entre
fines de abril y comienzos de mayo del 2014. En la cláusula octava, se
estipulaba que de no cumplir en tiempo y forma, Tandanor debía abonar
una cifra equivalente al 2 por mil diarios del monto total del contrato
por atraso injustificado. Y aclaraba que cuando el conjunto de multas
superara el 10 por ciento del monto contractual, la PFA quedaba
"facultada para rescindir el contrato sin más causas".
Mientras Tandanor vuelve a dilatar la entrega del Irizar (ahora
anunciada para el año 2015 o 2016), las bases antárticas todavía
dependen de buques extranjeros para recibir sus provisiones.Sólo en la
campaña 2012- 2013, se gastaron 6,8 millones de dólares en contratar a
la empresa Transport & Services para que hiciera la tarea y otros 30
millones en "adicionales" no contemplados en ese contrato, según consta
en una causa judicial que lleva adelante el juez federal Luis
Rodríguez. Todo esto, sin contar los 10,4 millones del envío en esa
campaña de provisiones por vía aérea que tuvieron que ser reforzadas por
la estadía del Irízar en Tandanor.
Al terminar su tarea, la de los caniles, no la del Irízar, por supuesto,
les quedará al menos la satisfacción de haberle dado un nuevo
significado a la frase "una vida de perros". http://www.infobae.com/2014/05/27/1567930-millonario-gasto-del-estado-cuchas-los-perros-la-policia-federal