Es posible suponer que las brújulas siempre apuntarán hacia el norte, pero en realidad los polos magnéticos han intercambiado sus posiciones muchas veces a lo largo de la existencia de nuestro planeta, informa la BBC.
Según la información disponible, el campo magnético tiene tanto un polo norte como un polo sur, estos no son estáticos y sus variaciones han causado que los polos migren hasta 16 kilómetros
por año. El campo nunca está en un solo sitio, y aproximadamente cada 450.000 años se invierten. Esto quiere decir que el norte magnético queda donde estaba el sur, y viceversa.
Investigadores de la Universidad de California, EE.UU., han determinado que la última inversión de los polos se produjo hace aproximadamente 781.000 años. No obstante, parece que la Tierra está tardando en hacer su inversión y esto podría ser debido a que el núcleo interior está creciendo cada vez más y está obstruyendo el núcleo externo, lo que forma un campo magnético que no es tan sólido.
Un debilitamiento o campo magnético inestable podrían ser una señal de que una inversión está a punto de ocurrir. Los cambios en el magnetismo terrestre podrían tener consecuencias en las infraestructuras eléctricas y también, por ejemplo, en los instrumentos de navegación. Además podría afectar seriamente a los animales, como aves o ballenas que utilizan el campo magnético para orientarse.
Otra preocupación es que si durante el proceso de inversión de los polos el campo magnético se debilitara excesivamente o incluso desapareciera, aunque sólo fuera durante un corto periodo de tiempo, perderíamos nuestra protección contra la radiación del Sol.