Los dos ginoides, como se conoce a los androides con rasgos femeninos, sorprenden por su piel y las expresiones faciales que son capaces de desarrollar.
En el año 1936 Charles Chaplin mostraba en la película Tiempos Modernos cómo la entrada de las máquinas a la fábrica, empezaba a reemplazar la
mano de obra del hombre. Lejos de terminarse ahí, además de repeticiones mecánicas, hoy los dispositivos son capaces de interactuar con humanos.
La novedad fue presentada en el Museo de Ciencia e Innovación de Tokio, en Japón, donde los visitantes son recibidos por Otonaroid y Kodomoroid, dos androides que trabajan como asistentes permanentes del lugar y forman parte de una serie de robots creados para la interacción con personas.
Lejos del aspecto metálico y los movimientos quebrados de los robots industriales, esta nueva generación de androides busca mejorar la interacción con una serie de avances que los vuelven muy parecidos a sus creadores, que reprodujeron casi a la perfección las facciones, los movimientos, las reacciones, y los estímulos que genera una persona de carne y hueso.
Otonaroid y Kodomoroid cumplen cada una un rol: mientras que la primera es la recepcionista del museo y es capaz de mantener una conversación con humanos, la segunda, que a diferencia de su compañera lleva el pelo corto, está diseñada para encarnar a una reportera y divulgadora científica.