3/12/14

Curiosidades del español: la palabra "haiga" existe

Nuestro idioma es sumamente antiguo. El nacimiento del español se ubica alrededor del siglo XI de nuestra era y desde entonces no ha parado de evolucionar.

Aquí te dejamos algunos datos que seguro no sabías:

¡Uebos!
No, no es una falta de ortografía. Tampoco se refiere al producto de gallina ni al finísimo acto de pintarle cremas a
alguien. Uebos, según el diccionario de la Real Academia es tener una necesidad imperiosa de algo. Así, “tengo uebos de verte” es una forma elegante de decir que te urge sobremanera ver a alguien. Aplícalo y apantalla a los simples mortales.

El ’haiga’ sí existe
Pero ojo, no lo usemos en lugar de haya, que es el subjuntivo del verbo haber. Haiga, según la RAE, es un auto grande y ostentoso. Este término se usa de forma irónica, para señalar que el auto es más bien un elefante blanco, un lujo absurdo y poco práctico. Y ya que andamos en esas, la palabra “aya”, así, sin h, también es correcta: es una persona que se encarga de vigilar la crianza y educación de los niños. Una especie de instructor o institutriz, dependiendo del sexo.
Así que si encuentras la frase: “Allá hay una aya manejando un haiga” es completamente correcto. ¡Qué lío!

El misterioso caso del ceviche/sebiche/cebiche
Seguramente has encontrado escrito el nombre de este platillo en las cartas de las marisquerías de las tres formas y te has preguntado cuál es la buena. La respuesta es: las tres. Aunque la Real Academia prefiere “cebiche” las tres formas están reconocidas y consideradas correctas. Mientras no escribas “zebiche”, todo está bien. Tampoco te pases de rosca.

Con B de Baca
La próxima vez que quieras distinguir entre “b” y “v” evita decir “con v de vaca”, dado que la palabra “baca” también existe. ¿Has visto los portaequipajes con forma de parrilla que hay en los toldos de algunos autos? Ésas también son conocidas como bacas, queridos amigos.

¡Ay nanita! El murciégalo y el crocodilo
Aunque suena rarísimo y sintamos el impulso inmediato de corregir, la palabra murciégalo es correcta. De hecho, es más fiel a su etimología que murciélago: viene del latín “mus-caeculus” que significa “ratón ciego”. Con el tiempo, la palabra sufrió un fenómeno conocido como metátesis, que es el cambio de lugar de sonidos dentro de una palabra. Algo similar pasa con “crocodilo”, del latín “crocodilus”. Aunque la forma más usada actualmente es “cocodrilo”, “crocodilo” también es correcta. Otras palabras que sufrieron metátesis fueron “palabra”, que proviene de “parábola” y “alimaña”, que proviene de “animalia”. ¿Ah, verdad?

Las boronas que se desmoronan
A pesar de que el verbo “desmoronar” está reconocido por la RAE, el producto de un desmoronamiento no son moronas, sino boronas. La palabra “morona” sí existe, pero no se refiere a estos pequeños trocitos de pan, sino al femenino de morón (sinónimo de idiota). Así, morona no es una migaja, sino una mujer no precisamente brillante.

¿Lamer o lamber?
Ambas. Aunque seguro en la primaria te repitieron hasta la saciedad que no se dice “lamber” y hasta te hicieron escribir varias planas con la letra derechita, “lamber” también está reconocida como una forma correcta. Inclusive tiene un adjetivo derivado: “lambiscón”. Esta palabra, que significa “adulador”, no puede escribirse como “lamiscón”, no te quemes.

Las mayúsculas SÍ se tildan
Un mito urbano (y rural) bastante extendido es que las mayúsculas no deben tildarse. ¿Cómo nació esta leyenda que hasta hoy afecta a muchos escribientes del español? Esto se debe a que, antiguamente las máquinas de escribir y las imprentas no contaban con tipos en mayúsculas que tuvieran tildes, por cuestión de espacio y legibilidad. Sin embargo, en los manuscritos las mayúsculas siempre se han tildado. Así que ya sabes: eso de escribir en mayúsculas para evitar aprenderte las reglas de acentuación gráfica está muy chafa y es incorrecto.

Arte: esa palabra hermafrodita
Hay palabras que admiten un doble género. Azúcar (el azúcar, la azúcar), mar (el mar, la mar) y sartén (el sartén, la sartén), entre otras. Sin embargo, hay una palabra que cambia de género dependiendo de si se le escribe en singular o plural: arte. Así, mientras en singular se considera un sustantivo masculino (el arte del buen decir, el séptimo arte), en plural muta a femenino (las bellas artes, las artes menores).

Palabras que NO se pluralizan
Las siguientes palabras se escriben igual en singular que en plural: tesis, oasis, test, crisis, súper, CD, km, lapsus, salud, dosis. Aunque algunos escriban CDs, esto se considera una incorreción, debe escribirse “los CD”. Si ya de plano te suena muy raro y sientes la cosquilla de pluralizarlo, se sugiere “los discos compactos”. “Km” (kilómetro) tampoco debe pluralizarse. Algunos lo hacen influenciados por el inglés, donde “kms” sí es una pluralización válida. Sin embargo en español la forma “km” debe mantenerse invariable.

Verbos que NO existen
Por más que tu mamá te diga que se “apanicó”, apanicar no existe. Por más que los técnicos en computación insistan en que van a “particionar” un disco duro, eso tampoco es correcto. Se prefiere “fragmentar” o “dividir”. Tampoco el verbo “direccionar” es correcto, sino dirigir. Por último, “accesar” también es un verbo inexistente. Es un mala castellanización de “to access”, lo correcto es “acceder”.