Armendáriz: "Aquí el debate es qué significa vivir y si en definitiva la agonía es vida".
Mediante un proyecto dirigido al Ejecutivo bonaerense, el Diputado provincial Alejandro Armendáriz, le pide que realice gestiones ante el Poder Ejecutivo Nacional, demostrando la necesidad de legislar en materia de suicidio asistido para pacientes con enfermedades terminales.
Siendo un caso muy resonante, el Diputado citó el de Brittany Maynard que era una estadounidense de 29 años diagnosticada con cáncer cerebral terminal y con un pronóstico de 6
meses de vida. Ella decidió mudarse de California a Oregon para ser uso de la “Ley de Muerte con Dignidad” vigente en dicho Estado. Bajo esta Ley, los médicos suministran a los pacientes terminales dosis letales de medicamentos para que ellos mismos puedan ingerirlos, de así desearlo y para poder hacerlo en el momento en que lo sientan correcto. “Bajo este paraguas legal se busca evitarle a las personas, tanto las que padecen la enfermedad como a sus familiares, el sufrimiento y el dolor que conllevan el largo camino hacia la muerte segura.” explicó Armendáriz
“Aquí el debate es qué significa vivir y si podemos considerar dicho estado como tal, en definitiva si la agonía es vida.” expresó el legislador citando al Dr Carlos Gherardi quien dice que “La agonía injustificadamente prolongada, el sufrimiento extremo, la desfiguración y el aislamiento del paciente; cualquiera de ellas puede ser la consecuencia del encarnizamiento terapéutico que conlleva formas de morir que resultan una caricatura de la dignidad personal”.
Armendáriz también expresó que todas las personas tenemos derecho a una vida digna al igual que a una muerte que no vulnere la integridad del hombre. A este respecto, la propia Britanny Maynard dijo “No soy suicida. Si lo fuese, habría tomado la medicación hace tiempo. No quiero morir. Pero estoy muriendo. Y quiero morir en mis propios términos. No le diría a nadie que deben elegir la muerte con dignidad. Mi pregunta es: ¿Quién tiene el derecho de decirme a mí que no merezco esta opción, que merezco sufrir por semanas o meses bajo tremendo dolor físico y emocional? ¿Por qué cualquiera tiene derecho de tomar esa decisión por mí?”.
“En este marco es necesario que el Estado legisle al respecto, quitando las trabas legales que hoy se encuentran vigentes en nuestro país, dando a las provincias la potestad de poder legislar sobre este tema, ya que hoy en día no podemos avanzar con proyectos en este sentido debido a que la Ley Nacional no lo permite, y el Código Penal argentino en su artículo 83 condena con uno a cuatro años de prisión a quien instigare o ayude a un tercero al suicidio” aseguró Armendáriz, que para concluir citó el artículo 19 de nuestra Constitución Nacional: “las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al hombre y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo reservada a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados…”.
