30/12/14

La Argentina, entre los países menos optimistas de cara a 2015




Ni optimistas ni pesimistas: para la mayor parte de los argentinos, el año próximo no será ni mejor ni peor, sino igual a lo que fue 2014. Al menos eso afirma la encuesta de fin de año realizada por la consultora de investigación social Voices! junto a WIN, que desde 1977 explora las expectativas, esperanzas y temores de la población de 65 países para el año que comienza. El estudio reveló que un 52% de los consultados en Argentina cree que 2015 será igual que 2014, mientras que sólo un cuarto de los argentinos piensa que el año será mejor que el 2014 (25%), una proporción significativamente menor que la que se mostraba optimista el año pasado, cuando el 34% esperaba que el 2014 fuera mejor. Dos de cada diez (18%) vislumbran un año peor.

Puesto en el contexto global, Argentina es significativamente menos optimista que el promedio mundial y regional (25% esperan un año mejor vs. 40% de los latinoamericanos y 52% ciudadanos del mundo que así piensan). En el ranking de expectativas positivas –construido a través del neto de optimistas vs. negativos–, el país ocupa la posición 41 en un listado de 65 países, por debajo del promedio mundial y la región.



La falta de optimismo se refleja en todos los segmentos sociodemográficos de Argentina, aunque sí crece el optimismo a medida que disminuye la edad (33% entre los jóvenes vs. 20% entre los mayores de 50 años), a menor nivel socioeconómico.

Para la mitad de los ciudadanos de los 65 países relevados, el 2015 va a ser mejor que el 2014, mientras que el 15% cree que va a ser peor y 28% que va a ser igual. Asia y África son las regiones más optimistas, con 63% y 75% respectivamente pensando que el próximo año va a ser mejor. Los europeos tienen una perspectiva menos alentadora, con solo 26% de Europa occidental esperando un mejor 2015 y 34% en Europa del Este. América se ubica algo en el medio, con 42% de optimistas.

Constanza Cilley, directora ejecutiva de Voices, explicó: "El mundo en general se muestra hoy más optimista que hace un año atrás y éste es un dato positivo. Pero en nuestra región, entre los latinoamericanos, la esperanza de un año mejor ha decaído de 49% a 40% y ello se podría explicar en gran medida por la desaceleración del crecimiento económico. Lo mismo vemos en Argentina, a fines del año pasado el 34% esperaba que el próximo año fuera mejor, mientras que hoy la proporción desciende al 25%".

Los países más optimistas de cara al 2015 son Nigeria, Fiji, Arabia Saudita, India y Marruecos. En el otro extremo se ubicaron países europeos: Italia, Bosnia, Francia y Bélgica; y en Líbano y Serbia, donde las expectativas negativas le ganan al optimismo. 
 

Nigeria demostró ser el país más optimista sobre la economía, con un 80% creyendo que será un año próspero. Los países más pesimistas fueron Francia, Serbia, Grecia y Bélgica, donde el 57%, 56%, 54% y 54%, respectivamente, dijeron que en el próximo año habría dificultades económicas y sólo el 6%, 15%, 12% y 4%, respectivamente, creyendo que sería un año de prosperidad económica.

En Argentina los resultados sobre la economía fueron similares a la media europea, con 39% que cree que el año que viene será de dificultades económicas, 36% que cree que se va a mantener igual y un 21% de optimistas que espera que sea un año de prosperidad.
Retrospectivamente, comparado con las mediciones realizadas desde 1982 por la red internacional WIN/ Gallup International, se observa que en diciembre de 1983, al asumir Raúl Alfonsín, el optimismo es ampliamente mayoritario (83%). Sin embargo, en los dos primeros años de la etapa democrática las esperanzas disminuyen, aunque sin descender debajo del 50%. La baja se produce recién en 1986, cayendo al 38% y permaneciendo en esos niveles durante 1987 y 1988, en un contexto de alta inflación.

Con la llegada del nuevo gobierno de Carlos Menem en 1989, las expectativas vuelven a aumentar, alcanzando el 63%. A fines de 1991, se implementó el plan de convertibilidad y se observa un nuevo incremento del optimismo respecto del año venidero. A partir de entonces, las expectativas se reducen y durante todo el segundo gobierno de Menem se registran cifras inferiores al 40%.

Con la asunción de la Alianza en diciembre de 1999, vuelven a aumentar las expectativas positivas (54%). Sin embargo, un año después, y coincidiendo con el fin del milenio, se registra la cifra más baja hasta ese momento (31%).

A partir de esa fecha, el optimismo se vuelve a renovar a fines del 2002 (49%) y sube aún más en el primer año de gobierno de Néstor Kirchner (66% en 2003), quien logra mantener altos niveles de optimismo a lo largo de toda su gestión, con valores que oscilan entre el 66% y el 56%. A fines del 2007, con los resultados de las elecciones presidenciales donde fue electa Cristina Kirchner, las expectativas para el año venidero disminuyen (49%) y en 2009 alcanzan su nivel más bajo desde 1982 (23%), en un contexto signado por el desarrollo de la crisis económica internacional. Esta tendencia se revierte para el 2010, año a partir del cual la opinión con más fuerza es que el año que comienza será similar al que se deja.

El 2011 y 2012 son años que se reciben con mucho optimismo, con la mitad de los argentinos esperando que esos años sean mejores, pero el optimismo se frena con respecto al 2013 cuando desde entonces encontramos un cambio de opinión hacia esperar lo mismo para el próximo año. Respecto al 2015 en particular, baja aún más la proporción de optimistas (de 34% en la mirada a 2014 vs 25% de expectativas positivas en 2015) para crecer la proporción de quienes esperan que el próximo año será igual.