Rinspeed es una compañía suiza fundada en 1979 que cada año sorprende en el Salón de Ginebra con un prototipo osado de verdad. Quizás el más recordado por muchos sea el sQuba, capaz de sumergirse y navegar cual submarino, aunque con los pasajeros respirando con tubos de oxígeno, al mejor estilo buzo. Para la edición 2015 de la muestra de la ciudad de Suiza, la compañía adelanta el Budii, otra rareza aunque, para los tiempos que corren, no tanta como aquella verdadera
extravagancia de 2008.
El Budii pretende convertirse el mejor compañero del humano, manifiesta la empresa, de ahí su nombre; “buddy” en inglés significa justamente eso, compañero, compinche. Un hatchback que nos recuerda al BMW i3, tiene justamente la propulsión de ése vehículo eléctrico ya introducido en el mercado. Fabricado por 4erC, otra empresa suiza, es un motor que funciona con electricidad. Desarrolla 125 CV de potencia máxima y un torque de 250 Nm, y sus baterías le proporcionan una autonomía máxima de 200 kilómetros.
Gracias a una cámara montada en su techo, que incluso puede elevarse unos 70 cm para mejor visión, puede “ver” todo el entorno mejor que lo que podría un humano. Desarrollado por una compañía alemana, TrackView –ése es su nombre– ofrece una precisa perspectiva en 3D. Actúa también con unos sensores que van midiendo la distancia de los objetos alrededor, y así el auto puede moverse con autonomía del humano.
Pero lo más interesante es que, según la compañía suiza, este prototipo va aprendiendo y sumando experiencia a medida que recorre kilómetros. Todo lo guarda en una base de datos propia y esa acumulación de información le permite reaccionar con mayor rapidez y flexibilidad frente a distintas situaciones.
Los pasajeros de este biplaza no necesariamente tienen que estar atendiendo al tránsito. Pueden estar haciendo cualquier otra cosa, según lo muestra el video que acompaña este texto. El auto incluso puede circular sin nadie a bordo, una cosa que no parece tener sentido práctico pero que demuestra sus capacidades.
Pero las personas en su interior sí pueden conducirlo. Incluso lo puede hacer auqella que está sentada en la butaca del acompañante. Es que el volante está montado sobre un brazo robotizado que se mueve sobre siete ejes y que es capaz de llevarlo de un lado al otro del cockpit sin problema alguno. También es posible colocarlo en una posición intermedia para que no “moleste” a las personas cuando el auto se mueve por sí solo. Aquí también el Budii recopila los hábitos y las preferencias del conductor para crear un entorno agradable para el mismo y reducir el número de operaciones de los distintos sistemas.
El Salón de Ginebra de este año abrirá sus puertas al público entre el 5 y el 15 de marzo próximos.