El buen dormir es fundamental para el funcionamiento del organismo. Sin embargo, en el mundo moderno cada vez cuesta más conciliar el sueño. Estos trastornos no distinguen edad, siendo, de hecho, los jóvenes los más afectados.
Ningún especialista define exactamente cuántas horas se deben dormir. "La adecuada cantidad es aquella que nos permita tener un óptimo funcionamiento durante el día", aseguró el doctor
Daniel Pérez Chada, jefe de la Clínica del Sueño del Hospital Austral.
Sin embargo, ese número va en descenso. "Dormimos en promedio 6 horas por día. La falta de sueño afecta nuestro desempeño y nuestra emocionalidad, pero especialmente conlleva a una serie de consecuencias físicas como inflamación subclínica, aterotrombosis, hipertensión arterial, obesidad, diabetes tipo II y tipo III. Esta falta de sueño se ve relacionada también con los trastornos de ansiedad generalizada. El consumo de ansiolíticos creció más de 5% en 2013, y se descubrió que los somníferos más utilizados resultan más adictivos que la marihuana", agregó el especialista.
Los jóvenes en la mira
Desde el punto de vista evolutivo, los adolescentes sí necesitan dormir un total de 9 horas por día, pero esa cantidad no es respetada. Durante el descanso, segregan hormonas clave como la del crecimiento, que pueden verse alteradas.
El buen dormir es fundamental para el funcionamiento del organismo. Sin embargo, en el mundo moderno cada vez cuesta más conciliar el sueño. Estos trastornos no distinguen edad, siendo, de hecho, los jóvenes los más afectados.
Ningún especialista define exactamente cuántas horas se deben dormir. "La adecuada cantidad es aquella que nos permita tener un óptimo funcionamiento durante el día", aseguró a Infobae el doctor Daniel Pérez Chada, jefe de la Clínica del Sueño del Hospital Austral.
Sin embargo, ese número va en descenso. "Dormimos en promedio 6 horas por día. La falta de sueño afecta nuestro desempeño y nuestra emocionalidad, pero especialmente conlleva a una serie de consecuencias físicas como inflamación subclínica, aterotrombosis, hipertensión arterial, obesidad, diabetes tipo II y tipo III. Esta falta de sueño se ve relacionada también con los trastornos de ansiedad generalizada. El consumo de ansiolíticos creció más de 5% en 2013, y se descubrió que los somníferos más utilizados resultan más adictivos que la marihuana", agregó el especialista.
¿Qué los lleva a dormir menos? Pérez Chada enumeró algunas de estas problemáticas.
-El horario escolar: "Es un modelo que impone a los jóvenes a levantarse a una hora en la cual su organismo está predispuesto a dormir. El sueño se regula por luz y oscuridad. A la noche aumenta la producción de la hormona melatonina en el sistema nervioso. Y en los adolescentes se extiende un poco más que en los adultos. Entonces los forzamos a que estén despiertos en un momento en que su organismo le indica que deberían estar dormidos. Se generó mucha controversia en el mundo por esto".
-Pautas culturales: "Los chicos en la Argentina no compensan las horas de sueño durante el fin de semana como sí hacen en otras partes del mundo. Acá salen hasta muy altas horas de la noche y el sueño nocturno es el sueño normal, no se recupera con una siesta".
-Los hábitos de la familia: "Personas que se acuestan muy tarde, por costumbre o por necesidades laborales, que influye en los chicos".
-La tecnología: "Esto tiene que ver con jóvenes y adultos. Empuja a la nocturnidad a todos. Y al margen que la televisión que es un clásico, se le suman nuevas tecnologías. Por ello, amerita un capítulo aparte".
La culpa la tienen las lámparas
Se estima que antes del invento de la lámpara eléctrica, el hombre dormía una tres horas más. El desarrollo del LED azul, indispensable para obtener dispositivos que produjeran luz blanca a bajo costo condujo a que hoy la noche quede iluminada de azul, un gran inhibidor de melatonina.
Está comprobado que las pantallas iluminadas en la noche alteran el sueño y verlas antes de dormir, es más nocivo aún. Y los smartphones son un claro ejemplo ello.
Ronquidos, no sólo un tema de hombres
El 44% de los hombres roncan durante sus horas de descanso mientras que el 28% de las mujeres lo hacen también.
"Una persona que ronca tiene mayor predisposición a tener somnolencia diurna. Cuando la vía aérea se cierra totalmente se produce lo que se llama apnea. Cuando estas apneas se repiten 20 veces por sueño, la actividad simpática del organismo se ve alterada. Por lo tanto, las horas del sueño son ineficientes. Del 2 al 4% de la población general padece trastornos del sueño. Es casi tan frecuente como la diabetes. El roncador tiene 30% más chances de riesgo de accidentes mientras conduce", precisó el especialista.
El tipo más común de apnea es la obstructiva. Si las vías respiratorias están total o parcialmente bloqueadas durante el sueño, no entra suficiente aire a los pulmones y puede provocar no sólo ronquidos muy fuertes sino también una disminución de las concentraciones de oxígeno en la sangre.
En algunos casos, con simples cambios en el estilo de vida se puede revertir esta enfermedad, como dormir de costado o evitar el alcohol. Otros casos, requieren tratamientos más precisos.
Test de somnolencia
La somnolencia diurna es igual de peligrosa para la salud y se genera cuando no se obtuvo un buen descanso. Provoca un deterioro de la atención, de las actividades cognitivas y retardo en el tiempo de reacción.
Siguiendo la siguiente escala Epworth se podrá conocer el nivel de somnolencia.
Colocar el siguiente puntaje:
-0 = no se dormiría
-1 = escasa posibilidad de dormirse
-2 = moderada posibilidad de dormirse
-3 = elevada posibilidad de dormirse
En las siguientes situaciones:
-Sentados leyendo
-Viendo TV
-Sentado en algún lugar público, como un espectáculo o una reunión
-Como pasajero en un auto durante una hora
-Acostado a media tarde para descansar, cuando las circunstancias lo permitan
-Sentado después de una comida sin alcohol
-En un auto detenido en el tráfico durante algunos minutos
Si la suma total es igual o superior a 10 los especialistas sugieren hacer una consulta médica.
Fuente: Infobae
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