No importa cuántas investigaciones científicas haya al respecto, ya que la creencia popular o 'mito' parece ser más fuerte que la ciencia. ¿Qué tan temidas pueden ser las harinas en una dieta? Tal como indica la médica especialista en nutrición Mónica Katz, hay que perder el miedo a comer.
"En el año 1985 dos investigadores trataron de comprobar si era verdad el mito que sostiene que lo que comés de harina se transforma en grasa. Se
descubrió que no. De cada 500 gramos de harina, solamente armamos 9 gramos de grasa en el peor de los escenarios. Así que realmente esto es un mito científico que se ha derribado, pero no ahora, sino hace muchos muchos años", señala en Infobae.
Entonces, ¿Por qué siguen siendo tan temidas? "En principio porque vende. Y como vende y hay famosos referentes que así lo creen lamentablemente y mucha gente lo valida. Por eso es tan importante comunicar que en la alimentación diaria, los hidratos deberían ser el 50 por ciento".
Las harinas y el humor
Suele ocurrir en personas que siguen las dietas 'de moda' -que eliminan por completo las harinas- que empiezan a sentir cambios en su carácter. Esto tiene una explicación.
"Cuando te sacan las harinas básicamente te van a pasar tres cosas: vas a estar de mal humor, lo segundo va a ser un poco de descontrol de impulsos, es decir cuando no te das cuenta te bajaste un paquete de galletitas y tercero te cuesta un poco más llenarte, lograr lo que se llama saciedad", aclara Katz.
Es por que eso que la médica sugiere eliminar el concepto de "temerle a un plato de fideos", por ejemplo, o a una porción de arroz, o a una banana o a una papa.
"Con estos mitos pasan cosas maravillosas. La gente ve una ensalada Caesar y la consume porque piensa que es menos calórica. No está mal comer esa ensalada, lo que está mal es nunca elegir un plato de pasta que tiene las mismas calorías. Con salsa fileto y dos cucharadas de queso".
"Lo mismo con un pollo con ensalada, está al mismo nivel. Tomamos 200 decisiones diarias de comida y bebida. Por eso necesitamos rodearnos de buenos alimentos", resalta Katz.
Claro que las porciones importan. Es por eso que para una mujer se recomienza la cantidad de 100 gramos de pasta -un poco más para el hombre-. Una buena medida para calcular sería, en el caso de los spaghettis, todos los que entren en el cuello de una botella de agua, gaseosa o vino.
"Una barrita de cereal, sin demonizar, son 100 calorías y un plato de pasta son 380. Tenemos ciclos de demonización y entronización de alimentos. Quizás nos llegó el momento de entender que todo alimento puede ser parte de tu alimentación siempre y cuando lo comas en porciones controladas y lo balancees con movimiento", concluye.
Fuente: Infobae