El incidente fue denunciado por Verónica Tabárez, quien relató que llegó al centro asistencial con un embarazó a término y fuertes contracciones al hospital, el pasado domingo a la mañana.
La mujer señaló que estuvo una hora sentada en la guardia sin ser atendida por los médicos pese a las súplicas que ensayaba en medio de fuertes dolores. "En un momento me acerqué, doblada por el dolor, y le dije que no daba más, si iban a
demorar mucho, y me dijo que sí porque había un solo médico", dijo Verónica.
Ante la falta de atención, se dirigió al baño del establecimiento y se sentó en uno de los inodoros.
La mujer contó que comenzó a notar que salía la cabeza de la beba y atinó a sostenerla para que no se golpeara contra el borde del inodoro, ni cayera al pozo séptico. Margarita González, encargada del Portal de Belén, un refugio en el que se encuentra alojada Tabárez, quien la había acompañado al hospital, escuchó los gritos desesperados provenientes del baño, acompañó a viva voz los pedidos de ayuda.
Enseguida acudió uno de los médicos pidiendo que sigan sosteniendo a la beba, hasta que Verónica fue conducida a un pasillo, donde fue asistida en una camilla para completar el parto.
"Ni siquiera tenían con qué cortar el cordón umbilical a la recién nacida que primero había llorado, pero después ya se había puesto moradita, hasta que llegó otra médica. Todo ocurrió en un lugar de paso, donde había gente que incluso filmaba el episodio con celulares", contó González.
La beba, llamada Zoe Jazmín, a pesar de que su madre la tuvo que tapar con su propio abrigo, nació sin problemas de salud con un peso de 3,200 kilos. "Nadie debería tener un parto en estas condiciones. En una camilla, ponele que sea, pero nunca en un inodoro. Yo no quiero que lo que me pasó a mí le pase a nadie más. Fue un riesgo enorme, sobre todo para la bebé. Gracias a Dios que la pude agarrar", sostuvo Verónica. En tanto, el Portal de Belén analiza iniciar acciones legales contra el centro asistencial por las condiciones en las que se produjo el parto.
