El iceberg en el que vivirá será un desprendimiento de un glaciar en Groenlandia y el objetivo de Bellini es documentar todo el proceso de su reconversión en agua, a medida que va migrando hacia el sur, a aguas más cálidas.
El experimento también tendrá tres propósitos educativosque serán proporcionar una nueva perspectiva sobre el cambio climático; educar a los jóvenes estudiantes en una amplia gama de temas con talleres, laboratorios, investigaciones y conferencias interactivas y proporcionar una nueva perspectiva de la sustentabilidad gracias al comité multidisciplinario que está detrás del proyecto.
La cápsula en la que deberá permanecer un año se desarrolló en Seattle, Estados Unidos, a partir de un proyecto se seguridad para proteger a diversas poblaciones contra eventos naturales como tsunamis, tornados, huracanes, terremotos y tormentas. La protección le permitirá evitar el vuelco, el choque o la fractura del iceberg, así como la penetración de objetos punzantes.
El dispositivo, fabricado en aluminio, mide 2.43 metros de diámetro y pesa 570 kilogramos.Además, tiene cuatro ventanas, cuatro puntos de elevación y otros cuatro de anclaje, ocho ventiladores de aire y un área de almacenamiento bajo el suelo.
Durante su estadía en la cápsula comerá comida termoestabilizada, es decir cocinada a altas temperaturas para matar los microorganismos. Si bien, tendrá un equipo de rescate este no estará cercano todo el tiempo, estará en tierra a más de 200 kilómetros, lo que podría dificultar un rescate de emergencia.
Estará comunicado a través de un teléfono satelital, para poder hablar con su familia. Tiene dos hijas, de 3 y 5 años. Su mujer es su manager y una de las coordinadoras del proyecto.Además, tendrá Twitter para ir contando su experiencia.
Esta no será la primera aventura de Bellini. El italiano ya corrió a través del Sahara, remó a través del Atlántico y el Pacífico y recorrió Alaska en trineo, entre otros ocurrentes periplos.
