6/10/15

Cinco de cada 10 argentinos cree que para hacer dinero hay que ser corrupto


"Nadie se hace rico trabajando" dice una máxima muy popular entre los argentinos. "El que no llora no mama y el que no roba es un gil", asegura Cambalache. Y muchos, una gran mayoría, están de acuerdo con la pesimista letra de ese tango que habla de una sociedad que premia al deshonesto y descarta la educación como forma de crecer en la pirámide social. Es más, la mayoría de quienes viven en este país da como un hecho que los ricos, los pudientes, lo son porque son corruptos.


Creencias también volcadas en una encuesta en la cual se asegura que casi cinco de cada 10 argentinos cree que para subir de categoría social hay que ser corrupto o haber recibido una herencia familiar. Toda una preocupante definición sobre cómo mejorar de status, en especial en esta última década donde la tradición distributiva de subsidios viene reemplazando a la cultura del trabajo. Así se interpretan los datos de un relevamiento conjunto de la Universidad de Palermo (UP) y la consultora TNS Gallup como parte de una serie de trabajos que ambas instituciones vienen publicando desde 2012 donde se exploran las condiciones del contexto y del entorno donde se desarrolla la vida de las personas y qué factores influyen en su bienestar y en la satisfacción con su vida.

En este caso, el objetivo es qué piensan los argentinos sobre las condiciones que posibilitan el bienestar; qué idea tienen acerca de la estructura social en que están inmersos; cómo la conciben; cómo se ubican dentro de ella y qué factores determinan esta ubicación y la movilidad dentro de la estructura.

La encuesta se realizó en 26 localidades con 1000 casos y tiene un margen de error de + 4.2% y un nivel de confianza del 95%. Del relevamiento se desprende que el 45% de los argentinos considera que el ascenso social se logra por corrupción (24%) o herencia familiar (21%). Quizá por eso es que en el relevamiento también queda claro que nadie dice pertenecer a la clase "Alta" y sólo un 2% se reconoce como clase "Media-Alta". En tanto, el 80% asegura pertenecer a las clases "Media" y "Media-Baja", aún quienes pertenecen a niveles socioeconómicos altos.

Es que según las conclusiones del informe, "la pertenencia a las clases superiores se asocia principalmente a una generación ilícita de riqueza o a herencia familiar. El acceso a una mejor educación aparece en tercer lugar mientras que solo el 13% identifica el estatus social con el esfuerzo". En el caso de quienes pertenecen a los sectores ABC1, la educación y el esfuerzo explican tanto como la corrupción y la herencia.


Pero quienes forman parte de los sectores menos acomodados señalan que pertenecer a una clase más desfavorecida es una cuestión de "herencia". Es decir, estar condenado por haber nacido en un entorno desfavorable porque "condiciona el desarrollo y las oportunidades del individuo". En segundo lugar, aparece el menor acceso a la educación. En este segmento, el 29% de los encuestados sostiene que los factores que explican la ubicación de las personas entre los menos favorecidos depende del ambiente en el que viven. Según el informe, "esto evidencia una concepción de la desigualdad como algo que se reproduce a sí misma". Por ese mismo motivo, las menores posibilidades de educación son el segundo factor explicativo más mencionado (26%). En tercer lugar aparece la falta de esfuerzo, con un 19%.


En el caso de los encuestados pertenecientes al nivel socioeconómico más alto, la falta de educación es el factor principal, con un 34%. El menor esfuerzo (24%) y el ambiente de nacimiento (22%) aparecen en los siguientes lugares.


En otro orden, la encuesta revela que el 53% de los consultados está totalmente a favor o de acuerdo con que el Estado use dinero proveniente de los impuestos que pagan los sectores de mayores ingresos en programas sociales para los más pobres. En segundo lugar, un 16% de los consultados tiene una opinión más neutral y un cuarto de la población menciona estar en desacuerdo.