Científicos de la Universidad Estatal de Humboldt- con sede en California, Estados Unidos-, revelaron que la identidad metalhead, sirve como un factor protector contra las influencias negativas; además de fungir como motor para crear vínculos fuertes y emociones más profundos entre los miembros de esta comunidad.
Tales conclusiones se derivan de un estudio realizado durante tres décadas entre 377 adultos, de los cuales, 154 eran seguidores del género en los años ochenta.
Todos los participantes respondieron preguntas sobre sus experiencias juveniles y sus niveles de éxito y
felicidad en la actualidad, tanto en las situaciones adversas y con altos índices de estrés. Como resultado, los jóvenes afectos al metal eran significativamente más felices y tendían a sentirse menos arrepentidos sobre las cosas que hicieron en su adolescencia frente al grupo restante de la misma edad, que prefería otra clase de géneros musicales.
En contraste, los oyentes de otros estilos eran más predispuestos a buscar ayuda psicológica por problemas emocionales, mientras los metalheads no presentaban tendencias al suicidio o predisposición a la sexualidad a temprana edad, a pesar de que algunos de ellos sí provenían de hogares disfuncionales.
Sin embargo, dicha investigación no niega que los metaleros no estén exentos de experimentar situaciones traumáticas y prácticas sexuales de alto riesgo.