13/10/15

Viento norte, "el viento de los locos"

Solía decir mi viejo, “con viento norte no hay hombre bueno, ni mujer amable, ni caballo manso, ni víbora que no muerda”, y de verdad que tenia mucha razón al mencionarlo.

El viento Norte no es un viento de tranquilidad y muchos sabemos que cuándo sopla, es llamado el “viento de los locos”. Hay una verdadera identidad de este viento y los dichos populares siempre la han
reflejado fielmente.

Este soplo de aire nace a miles de kilómetros de nuestra zona, originado por un sistema de Alta presión que se ubica sobre la parte central y sur este del Brasil, es así que para llegar al sur de Santa Fe, siempre ha mantenido contacto con el suelo y tiene pocas posibilidades de humedecerse. De esta manera afecta con su presencia aportando mucha temperatura, por sus orígenes, y muy poca humedad, debido a su extensa trayectoria continental. Hasta aquí, todo normal, sabemos que es un viento cálido, que acarrea muy poca humedad, que recorre mucho terreno para alcanzar nuestra zona, pero existe como decía, una faceta de incomodidad cuándo sopla este viento, situación que se hace más patente, cuánto más tiempo se prolongue su presencia.

Hay un componente en este viento que prácticamente es desconocido y es el causante de la malísima reputación que se ha ganado y qué realmente se merece. Este misterioso componente se llama “Ión” y conforma el aspecto menos difundido de la real peligrosidad del Viento Norte.

Los Iones son partículas diminutas, presentes en abundante cantidad en la atmósfera, que han adquirido carga eléctrica. Estas partículas pueden tener signo positivo o negativo, como cualquier cuerpo electrificado. La trayectoria que sigue el Viento Norte, en constante rozamiento con la superficie terrestre, logra por fricción, acarrear una desmesurada carga de Iones positivos, cabe mencionar que la ionización del ambiente, tiene una radical importancia en el comportamiento humano y animal. Es así como se sabe, que una ionización negativa de un ambiente determinado, favorece el desarrollo de actitudes o conductas pacíficas, solidarias, benéficas, placenteras y saludables. En tanto que un ambiente sobrecargado con iones de signo positivo desarrolla condiciones para aumentar la agresividad, estimula la violencia, altera el buen juicio y propicia el desarrollo de enfermedades, principalmente a nivel de aparato muscular, respiratorio, auditivo, ocular y digestivo.

Como se ve por lo expuesto, los dichos populares en esta ocasión son absolutamente verídicos.

Mencionaba anteriormente una real peligrosidad del Viento Norte, que con la forma de afectar el comportamiento humano y animal, ya estaría verificada, pero hay más todavía sobre este especial viento que viene bien difundir. En presencia de viento Norte, aumenta el peligro de incendios y accidentes. Aumenta la probabilidad de incendios al desecar la zona afectada, esto transforma a los pastizales en altamente combustibles, aunado a la fuerte carga iónica presente los pastos, arbustos y árboles pequeños y secos, pueden iniciar una combustión espontánea, que gracias a la velocidad del mismo viento se puede propagar rápidamente.

La fuerte carga iónica presente en este viento favorece la aparición de “Electricidad estática” por lo que es muy conveniente tener en cuenta este fenómeno a la hora de trabajar con material combustible o explosivo, ya que el potencial desarrollado puede dar lugar a la aparición de chispas eléctricas, sin ningún preaviso. Son estas mismas chispas las que pueden ocasionar la explosión de silos de almacenaje al interactuar con los gases formados en las mismas. La mejor prevención para evitar la aparición de “Estática” es una perfecta descarga a tierra, ya que de esta manera no se crean las condiciones para que el ambiente siga cargándose en forma positiva.

Quedó de manifiesto que es la carga iónica la causal de todos los peores males atribuidos al viento Norte, pero así como una descarga a tierra evitaría algunos accidentes, hay una manera sencilla de proteger nuestro organismo de los efectos adversos de una ionización positiva del ambiente, los árboles de raíz profunda, ayudan a equilibrar el potencial eléctrico alterado, ya que son la descarga a tierra natural, por lo tanto evitemos que los árboles más viejos sean talados. El agua en movimiento genera iones negativos, la generación de estos iones, hasta en una modesta fuente de uso interior, equilibra las cargas en ambientes pequeños y el económico paseo descalzo sobre tierra o césped, brinda un placentero y efectivo recurso al momento de tener que armonizar nuestro campo eléctrico personal. El viento Norte seguirá soplando sobre nuestras cabezas, pero sus efectos aplicando nuestro buen juicio, pueden ser un poco menos dañinos.