Ocurrió en el estado amazónico de Tocantinis, al norte de Brasil. Un grupo de presos había adiestrado a un ratón y lo usaban para transportar droga entre los pabellones de la carcel.
Durante una inspección de rutina, los guardias notaron algo raro en el roedor que llevaba un hilo de crochet atado en la cola, lo que llamó poderosamente su atención. “Era tan dócil que se dejaba acariciar la cabeza”, explicó a la agencia
AFP Gean Carlos Gomes, director del centro de detención Barra de Grota, en Araguaina, que tiene capacidad para alojar 329 presos.
Después, los agentes descubrieron que el ratoncito iba desde el pabellón A al C. Los detenidos le habían atado el hilo a la cola y lo utilizaban para llevar droga y otro tipo de objetos, como un chip de teléfono celular, declaró el director de la cárcel.
Durante la búsqueda, los policías incautaron 23 dosis de cocaína y 29 envoltorios con marihuana. Por el momento no se sabe quien es el dueño del pequeño ratón gris, que fue liberado en un bosque cerca de la prisión. Los agentes investigarán las imágenes tomadas por las cámaras de vigilancia para identificar al culpable.
