Worsley, un antiguo oficial del ejército de 55 años, llevaba 71 días recorriendo la Antártida un trineo con su equipamiento y víveres. Le faltaban 48 kilómetros para completar 1.600 y se hubiera convertido, según los organizadores, en el primer hombre en hacer el recorrido caminando solo y sin ayuda.
Worsley había logrado superar el Polo Sur entre temperaturas de 44 grados bajo cero y tormentas de nieve. Antes de pedir ayuda, había pasado dos días en su tienda de campaña víctima de agotamiento y deshidratación.
Al llegar al hospital de Punta Arenas, en el sur de Chile, se le diagnosticó una peritonitis y, aunque fue operado, murió el domingo. Su esposa Joanna atribuyó la muerte a una insuficiencia multiorgánica.
El príncipe William de Inglaterra era amigo de Worlsley y expresó su tristeza en su nombre y el de su hermano Harry. “Era un hombre que mostró gran coraje y determinación y estamos muy orgullosos de habernos relacionado con él”, dijo en un comunicado.
Con la expedición se buscaba atraer donaciones para veteranos de guerra, una causa en la que los hermanos están implicados.