
Carol Howarth, de Pembrokeshire (Reino Unido), notó la presencia
cuando salió a hacer unas compras. Tom Moses, un guardaparques local, se detuvo para ayudarla y llamó a la brigada de apicultura, que consiguió alejar el problema. "Verlo era espectacular. Había mucha gente que se detenía a observarlas", señaló Moses, según recogió la BBC, y añadió que le preocupaba que "algún idiota" fuera a verter agua caliente o algo así.
Solucionado el inconveniente, la mujer de 65 años volvió a su casa sin mayor preocupación.

"Creemos que la reina se sintió atraída por algo en el coche, tal vez algo dulce, y se metió por un hueco en el limpiaparabrisas trasero o tal vez por una bisagra", explicó, a su vez, Roger Burns, de Pembrokeshire Beekeepers.