
Pero no todo está perdido. Según la psicóloga Mariana Bentonsela, quien dirige el Grupo de Investigaciones de Comportamiento Canino del Conicet, los canes aprenden de nuestro propio comportamiento y son capaces de distinguir entre una persona egoísta y otra generosa.
"Los perros pueden reconocer las actitudes positivas. No es que lo hacen inmediatamente, necesitan experiencias repetidas para poder aprender quien es egoísta y quien generoso, pero logran hacerlo y cuando lo aprenden siguen a la persona generosa", explica.
Para el estudio, Bentosela y su equipo seleccionaron distintos perros (boxer, ovejeros, border collie, beagle, labrador, caniches) que tenían una vida común y corriente en casas de familia y que nunca antes habían recibido entrenamiento. En una sala, se encontraban con personas a las que no conocían. Algunas les dejaban alimentos y otras sólo se lo mostraban. Luego de varios encuentros, s terminaban por seguir a los "generosos" e ignoraban a los "egoístas".
Aunque no es veterinaria, la científica explica qué tiene que ver con el diván: "Empecé a estudiar el comportamiento en ratas y luego seguí con los perros porque me gustan. Estudiar su comportamiento sirve para entenderlos y mejorar su entrenamiento en intervenciones asistidas, como los que ayudan a personas ciegas, que trabajan en rescates o buscan drogas".
En los años que el equipo viene investigando el comportamiento de los perros pudieron descubrir también que mucho de lo que pensamos de los animales es un mito. Por ejemplo, no existe evidencia de que los perros puedan sentir pena por sus dueños. "Cuando se acercan a una persona llorando es porque alguna vez ya lo habían hecho antes y seguramente recibieron alguna caricia, entonces repiten el comportamiento", revela.
Bentosela asegura que los perros no distinguen los sentimientos negativos como el enojo o la tristeza. Pero sí son capaces de compartir alegría con sus dueños. Es más, distintos estudios pudieron demostrar que cuando lo hacen, el dueño y el perro, liberan oxitocina, la hormona del apego que es la que en el momento del parto une a madre e hijo.