La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) incluyó a la cerveza belga en la lista de “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”.
Los expertos valoraron la extrema diversidad del arte cervecero en Bélgica, así como la intensidad con la que es consumida e integrada en la vida diaria y festiva de sus habitantes.
Bélgica es conocida en todo el mundo por su amplia variedad de cervezas, desde las extreme sour a las bitter, que se producen en casi cada ciudad y localidad del país de 11 millones de habitantes. La historia de las cervezas belgas se remonta siglos atrás a los monjes medievales y se recoge en pinturas de Pieter Brueghel y en innumerables canciones desde entonces.
El líder regional de Bruselas, Rudi Vervoort, dijo el lunes que la cerveza “ha sido parte de nuestra sociedad desde tiempo inmemoriales”.
Este año, una cervecera, Brugse Zot, construyó un “cervezoducto” desde el centro medieval de Brujas a una embotelladora en las afueras por razones ambientales y arquitectónicas. Y en momentos que muchas cervecerías cierran o sufren dificultades al disminuir el consumo de la bebida, el galardón internacional es más que bienvenido.
Sven Gatz, ex presidente de la Federación de Cerveceros Belgas y ahora ministro de Cultura de Flandes, comparó el reconocimiento con ganar el Mundial de fútbol.
Ahora que el alcoholismo es motivo de preocupación creciente, la Unesco dijo que se galardonaba algo más que una bebida. “Las comunidades usan la cerveza para cocinar, para elaborar productos como queso amasado con cerveza, se la marida con los alimentos”, explicó la agencia de la ONU en un comunicado.