No dormir bien o dormir poco ya no es un problema individual. Al menos, en el país de Donald Trump. Un estudio revela que más de un tercio de los estadounidenses no duerme lo suficiente. Y el resultado es económico: hace que Estados Unidos pierda hasta 411.000 millones de dólares por año.
Según el estudio de RAND Corporation, ONG con base en California y dedicada a ayudar a mejorar la toma de decisiones sociales a través de la investigación, hay una conexión ineludible entre las horas de sueño y su impacto económico en las poblaciones de EE UU, Japón, Reino Unido, Canadá y Alemania. La hipótesis comprobada señala que no descansar lo suficiente provoca un
empeoramiento de la productividad marginal de cada país, que en consecuencia afecta a la totalidad de la economía mundial.
Más allá de la competitividad, la ciencia demostró que no dormir lo suficiente durante años es contraproducente para la salud, promoviendo la obesidad, el estrés, la hipertensión y el aumento de la mortalidad. Y el Centro de Control y Prevención de Enfermedades estadounidense (CDC), considera la falta de sueño un “problema de salud pública”.
Según ese organismo, la falta de sueño puede ser causada por factores sociales de gran escala “como el acceso a la tecnología las 24 horas”, pero trastornos como el insomnio o la apnea obstructiva del sueño (el ronquido es un indicador importante), también juegan un papel importante.
Aproximadamente 50 a 70 millones de adultos en los EE.UU. los padecen.
Y esto genera que en EE UU, las pérdidas rondan el 2,3% del Producto Interior Bruto (PIB). El peor panorama en el “mapa del sueño” se lo lleva Japón, donde la falta de buen descanso provoca una pérdida de casi el 3% del PBI.