Capricornio
El sentido del ahorro que posee este signo de tierra es uno de los más desarrollados del zodíaco. Para que concrete un gasto grande es imprescindible que necesite atender una necesidad vital y urgente. De lo contrario, siempre elige ahorrar y preservar dinero para el futuro. Aunque puede ser muy solidario con sus amigos, no sucede lo mismo en
términos de dinero. En este punto le cuesta mucho desprenderse de aquello que se ha ganado en buena ley. Al mismo tiempo, la personalidad de Capricornio no ve con buenos ojos la dádiva: prefiere que cada persona obtenga lo suyo mediante el esfuerzo.
Escorpio
El carácter ahorrativo de Escorpio se sustenta en su habilidad para hallar las promociones y las ofertas más atractivas en cualquier situación. A esta característica se le suma su desparpajo para solicitar mejoras en los precios, sin importar a quien tengan adelante. También son muy ambiciosos y necesitan seguridad material. Todos estos atributos son más que suficientes para ubicar a Escorpio en el segundo puesto entre los signos más avaros.
Cáncer
La tercera posición es ocupada por un signo que conocemos desde su costado emocional y maternal, pero que en este caso despliega una faceta oculta: su apego a la seguridad material. Aunque Cáncer parece un signo de agua bohemio y despreocupado por el dinero, en realidad sucede todo lo contrario. Como este signo es en realidad inseguro, resguarda el dinero porque le provee de la seguridad que en otras áreas no posee. En ocasiones puede caer en extremos, por ejemplo restringiéndose en cuestiones trascendentes o adquiriendo siempre los productos más económicos, aunque su calidad sea dudosa.
Tauro
Cerrando el listado de los signos zodiacales más tacaños nos encontramos con Tauro, otro de los signos de tierra. El toro del horóscopo es muy ambicioso y requiere continuamente sentirse protegido y seguro desde lo material. De esta forma, ahorra para tener lo necesario en el presente y para poder sentar las bases de un futuro próspero. Su racionalidad y paciencia funcionan como una protección frente a los gastos impulsivos y alocados.