No los puedes ver, pero están ahí. Son ácaros microscópicos,
Además, son tan comunes que podrían revelar nuestra historia evolutiva con incomparable detalle. Hay dos especies de ácaros que se alojan en tu rostro: el Demodex folliculorum y el Demodex brevis. Ambos son artrópodos, el grupo que incluye animales de piernas articuladas como insectos y cangrejos. Al ser ácaros, sus parientes más cercanos son las arañas y garrapatas.
Los Demodex tienen ocho patas cortas y rechonchas cerca de su cabeza. Su cuerpo es alargado como una lombriz. Bajo el microscopio pareciera que estuvieran nadando sobre aceite sin desplazarse muy rápido, ni llegar lejos.
El D. folliculurom vive en los poros y los folículos de tus pelos, mientras que el D. brevis prefiere asentarse en tus grasosas glándulas sebáceas.
En comparación con otras partes del cuerpo, tu rostro tiene poros más grandes y numerosas glándulas sebáceas, lo que puede explicar por qué los ácaros suelen vivir ahí, aunque también se les encuentra en otros lugares como genitales y pechos.
Sin embargo, no está claro qué obtienen de nosotros. Ni siquiera sabemos con certeza de qué se alimentan. "Alguna personas creen que se comen las bacterias en la piel", señala Thoemmes. "Otras piensan que comen las células muertas de la piel o la grasa de las glándulas sebáceas".
Parece que también hay un vínculo entre los síntomas de rosácea y la gran descarga de desechos que ocurre cuando muere un ácaro. "Contiene muchas bacterias y toxinas que causan irritación e inflamación", señala Kavanagh.
criaturas de ocho patas semejantes a arañas que seguramente pasan toda su vida en nuestras caras. Allí comen, se aparean y, finalmente, mueren.