A pesar de los beneficios que la tecnología y la mensajería instantánea nos regalan, enviar cartas todavía sigue siendo costumbre.
Obviamente, dejó de ser el único medio de comunicación entre puntos lejanos, pero adquirió un valor de importancia tanto al escribir una carta como al recibirla. Alguien se molestó en comprarla, escribirla y enviarla.
¿Y de entregarla? Bueno, hoy celebran su día ellos: los carteros. La historia de porqué se celebra los 14 de septiembre puede parecer banal, pero, para conocerla, tenemos que remontarnos a la época de la llegada española a América.
Corría el año 1514, algunos años después de la primera llegada de los españoles a América, y el aumento de la actividad productiva en el continente era cada vez mayor.
Por eso, se decidió fundar el primer Correo Mayor con las Indias, con sede en Lima, y, después, el primer servicio postal en Buenos Aires.
El sistema era un tanto complejo. La carta, antes de llegar a destino, pasaba por tantas manos dispusiera la cantidad de postas entre cada punto.
Pero, al ser mucho más rudimentario que la metodología española, el sistema de postas a caballo quedó obsoleto.
Así, se comenzó a imitar al modelo español y se nombró, un 14 de septiembre de 1771, a Bruno Ramírez como el primer cartero oficial de la historia del país.
Acá va un dato curioso: en la ciudad de Hurlingham, ubicada en el partido homónimo, existe un barrio, donde viven aproximadamente mil personas, que se llama Barrio Cartero Bruno Ramírez. Obviamente, es en honor a ese cartero proveniente de Sevilla que tanta historia hizo en Buenos Aires.