La ivermectina parece estar destinada a transitar las tres fases, que según Arthur Schopenhauer, atraviesa toda verdad: primero se la ridiculiza, luego se la combate violentamente y por último se la acepta como cosa lógica. Así lo aseguró en una entrevista con La Prensa el doctor Héctor Carvallo, quien junto al doctor Roberto Hirsch, realizó los primeros estudios clínicos con ivermectina a nivel mundial para el tratamiento y profilaxis del covid-19.
Los estudios, que incluyeron a más de 2.000 pacientes, se hicieron entre abril y junio del año pasado. “Se presentaron en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos en abril y los resultados en julio. Fueron los primeros hallazgos mundiales que hablaban de la eficacia clínica de la ivermectina porque hasta ese momento solo se habían hecho ensayos de laboratorio, no había ensayos en humanos con covid”, recordó Carvallo, ex director del Hospital Ezeiza y profesor de Medicina Interna en la Universidad Abierta Interamericana.
“Luego, los resultados fueron entregados a Gollán y Kreplak, en la Provincia, a Ginés González García y Collia, en Nación, y a Fernán Quirós, en Capital. Pero desde julio del año pasado solo hubo silencio y un montón de notas en contra, burlonas, subestimando y criticando los estudios”, se lamentó Carvallo, quien hizo hincapié en que cuando él y Hirsch presentaron los resultados había 1.540 muertos en el país por covid-19, mientras que ahora hay 88.000. “Por supuesto, nadie se pone colorado haciéndose responsable de la diferencia”, enfatizó.
Según contrastó Carvallo, los hallazgos de su investigación fueron recogidos de manera inmediata por expertos estadounidenses de la agrupación “Front Line COVID-19 Critical Care Alliance” (FLCCC), quienes llevaron los resultados ante el Senado de aquel país. Sin embargo, allí tampoco recibieron la atención esperada “por una sencilla razón: la contra más grande de la ivermectina es que no cuesta nada y no tiene dueño”, remarcó el médico argentino.
Carvallo señaló que incluso el profesor Satoshi Omura, quien ganó en 2015 el premio Nobel por sus descubrimientos con la ivermectina, hizo un repaso de todos los estudios realizados a nivel mundial con este fármaco aplicado al covid-19 y lo publicó en el “Japanese Journal of Antibiotics”. “Incluyó nuestros estudios y otros 40 y pico de estudios (porque lo hizo hace varios meses) de otros países, concluyendo que era indispensable usar ivermectina, pero nadie le llevó el apunte”, precisó.
USO EXTENDIDO
Lo cierto es que pese a que los principales organismos sanitarios
internacionales no han dado aprobación al uso de ivermectina como
tratamiento y profilaxis del covid-19, cada vez son más los países que
lo han incorporado como opción terapéutica.
En ese sentido, Carvallo indicó que en gran parte de Estados Unidos la utilizan, “no gracias a, sino a pesar de la FDA y los CDC”
y que lo mismo sucede en Reino Unido, debido a los resultados que allí
obtuvieron con el fármaco. Hasta el expresidente Donald Trump habría
sido tratado silenciosamente con ivermectina durante su internación en
el hospital Walter Reed, según consigna el periodista de investigación
Michael Capuzzo en un artículo de su autoría titulado "The drug that cracked covid" .
“Los únicos países de la Unión Europea que lo aprobaron fueron
la República Checa y Eslovaquia, que son los que mejor anduvieron. En
Italia lo utilizan mucho pero como no está en la farmacopea italiana, lo
mandan a hacer como preparación magistral”. Carvallo también
comentó que en la zona de Europa que linda con lo que era la Cortina de
Hierro durante la Guerra Fría, lo contrabandean de Rusia para usarlo.
"En Sudáfrica la habían prohibido por decreto y se les empezó a
llenar de casos. La vacuna dejó de ser efectiva porque la cepa
sudafricana es muy agresiva y la tuvieron que aprobar de apuro. Así
frenaron los casos”, prosiguió para luego añadir: “En
la India tampoco la tenían aprobada pero los estados que la utilizaron
redujeron drásticamente los casos. Ahora India tiene muchos casos
totales, pero proporcionalmente tiene menos que la Argentina”.
En la misma línea, señaló que el año pasado el único estado de México que tuvo “bajísima
o casi nula mortalidad por covid fue el más pobre, que es el de
Chiapas, porque era el único que utilizaba ivermectina. En la segunda
ola, el distrito federal aprobó la ivermectina y redujo un 76% las
internaciones”.
Carvallo también apuntó que en gráficos extranjeros hechos en base a datos oficiales de la Argentina se observa que las
provincias que usan ivermectina de forma oficial (Misiones, Jujuy,
Salta, Tucumán y La Pampa) tienen la mitad de la mortalidad que las
otras provincias y la quinta parte de mortalidad que el AMBA.
“Cuando hablo de porcentuales me refiero a la cantidad de muertos o de
infectados sobre cantidad de habitantes. Solo de ese modo se puede
comparar Tierra del Fuego con la India”, aclaró.
Asimismo, agregó que los últimos ensayos que hicieron en La Pampa
mostraron una reducción de un 40% en las internaciones de terapia y de
un 35% en la mortalidad.
A la fecha hay más de 60 estudios
llevados adelante por 500 científicos que involucran a casi 20.000
pacientes a nivel mundial, que muestran mejorías mediante el uso de
ivermectina -en términos de profilaxis, tratamiento temprano y
mortalidad- que oscilan entre el 70 y 85%.
LAS DUDAS
La falta de reconocimiento de la ivermectina como fármaco indicado para el tratamiento y la prevención de contagios de covid-19 va de la mano con una serie de dudas en la población respecto de esta alternativa terapéutica. Por ejemplo, muchos se preguntan si es lo mismo tomar la ivermectina de uso veterinario que la desarrollada para uso humano.
Al respecto, Carvallo explicó que si bien desde el punto de vista
bioquímico es lo mismo, la presentación, la concentración y los
excipientes son diferentes en la medicina veterinaria y en la medicina
humana. “En veterinaria la ivermectina es para uso inyectable y
tiene excipientes con tal fin. Por ejemplo, contiene un producto llamado
polietilenglicol, que es lo que la hace soluble para ser inyectable en
uso veterinario, que no se usa en humanos. Si bien la gente se lo toma,
no deja de carecer de riesgo. Además, como médico no puedo recetar un
producto de la farmacopea veterinaria”, puntualizó.
Consultado sobre las diferencias entre la ivermectina que comercializan
actualmente cuatro laboratorios en el país (Raymos, Panalab, Cassará y
Elea), el médico afirmó que en todos los casos “son de muy buena
calidad”.
Por otra parte, explicó que por ser el covid-19 una enfermedad
multifacética, hay que actuar en todos los puntos y para ello es
necesaria una combinación de fármacos al momento del tratamiento. En
concreto, el protocolo IDEA -elaborado por Carvallo y Hirsch- utiliza:
ivermectina, dexametasona, enoxaparina y aspirina.
Las investigaciones de estos médicos argentinos también han abarcado la instancia post covid, llamada “el covid largo”, es decir la convalecencia duradera “que deteriora mucho a las personas a las que les lleva hasta seis meses recuperarse”.
“Con la ayuda de un colega del Hospital Mercante, tomamos a 800
pacientes que habían cursado la enfermedad internados y que
sobrevivieron pero sin utilizar ivermectina, a los que les dimos
ivermectina después del alta, cuando se estaba transformando en ‘covid
largo’, porque ya habían pasado más de un mes con síntomas”, relató Carvallo, quien agregó que en tres a cinco semanas desaparecían en estos pacientes todos los síntomas. “Esto
demostraba clínicamente que existía la posibilidad de que el virus
permaneciese en el organismo, como pasa con el herpes. Y, por otro lado,
demostraba también que la ivermectina, más allá del efecto sobre el
virus, tiene un efecto inhibiendo o reduciendo la hiperinflamación o la
hipercoagulación, que son las formas en las que el virus mata”.
LIBRO GRATUITO
Con el objetivo de acercar a la comunidad médica y a la sociedad la
creciente evidencia científica existente hasta el momento en torno al
uso de ivermectina en relación con el covid-19, Carvallo y Hirsch
publicaron un e-book para descarga gratuita, que cuenta además con una reciente actualización “con
modificaciones en los esquemas y en las graduaciones, en función de las
nuevas variantes del SARS-CoV-2, que son más agresivas”, afirmó Carvallo.
"Nuestra idea no es que el paciente lea el libro y entienda
términos médicos sino que lo comparta con el médico que lo va a atender.
Porque aún muchos de ellos -y no estoy hablando del médico de
trinchera, que ha demostrado heroísmo a raudales y ha ofrendado la vida-
dicen que no hay evidencia. Pero, en realidad, no la leyeron”,
argumentó el investigador, quien llamó la atención sobre la
responsabilidad directa que tienen los profesionales de la salud sobre
el tratamiento de sus pacientes, más allá de lo que indiquen los
protocolos y guías sanitarias.
“Hay médicos que dejan a los pacientes con covid en la casa con
paracetamol, porque así dicen las guías. Pero si recibo un paciente con
dolor en la fosa ilíaca derecha, que puede ser muchas cosas entre ellas
apendicitis, y lo dejo en la casa con una tirita de paracetamol y le
digo que si empeora vaya al hospital, a mí me hacen juicio por abandono
de persona”, ilustró.
“Ya se han dado cuenta en muchas partes del mundo de que esto es
así y ya están haciendo juicios. Entonces a los médicos no los
defenderá ni Mandrake porque las sociedades y entidades van a decir ‘lo
nuestro era una guía, no era que tenían que seguirlo al pie de la
letra’, y el médico va a quedar pedaleando en el aire”, opinó Carvallo.
Por último, evaluó que detrás de la resistencia a usar ivermectina hay intereses que escapan a la salud. “Esto
es todo plata. No solo en la Argentina sino en el mundo. El
inconveniente es que si hoy alguien dice que este es el tratamiento, se
caen las autorizaciones precarias de todas las vacunas. Por eso, hay
billones y billones de razones para que eso no suceda”, finalizó.
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