Como ocurre con todos los fármacos, el paracetamol puede producir ciertos efectos secundarios, aunque estos son de frecuencia rara o muy rara. Los primeros aparecen en una de cada 1.000 personas y los segundos en una de cada 10.000 personas, por lo que no son nada habituales.
A continuación se enumeran los efectos adversos que puede provocar la ingesta de paracetamol:
— Raros (pueden afectar hasta 1 de cada 1.000 personas): malestar, bajada de tensión (hipotensión).
— Muy raros (pueden afectar hasta 1 de cada 10.000 personas): alteraciones sanguíneas como trombocitopenia, leucopenia, pancitopenia y neutropenia; alteraciones cutáneas como eritema, dermatitis alérgica, urticaria y erupción cutánea, además de casos muy raros de reacciones cutáneas graves tales como necrólisis epidérmica tóxica, síndrome Stevens-Johnson, pustulosis exantematosa generalizada aguda y erupción fija medicamentosa.
— Frecuencia no conocida (no se puede estimar la frecuencia a partir de los datos disponibles): enfermedades del riñón, orina turbia, ictericia (coloración amarillenta de la piel), alteraciones sanguíneas (agranulocitosis, anemia hemolítica, especialmente en pacientes con un déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa) e hipoglucemia (bajada de azúcar en sangre), entre otras.
El paracetamol puede dañar el hígado cuando se toma en dosis altas o en tratamientos prolongados, también un problema respiratorio denominado broncoespasmo y enfermedades graves de la piel (necrólisis epidérmica tóxica, síndrome Stevens-Johnson, pustulosis exantematosa generalizada aguda y erupción fija medicamentosa).
Una de las reacciones adversas citadas anteriormente dentro de la categoría de gran rareza es la leucopenia. Se trata de una alteración sanguínea que consiste en un descenso del número de leucocitos (glóbulos blancos) en la sangre.
Normalmente viene precedida por un descenso en el número de neutrófilos, lo que se denomina neutropenia, también clasificada dentro de los efectos muy raros del paracetamol. La neutropenia corresponde a un número de neutrófilos inferior a 1500 por mililitro de sangre.
La utilización de medicinas para tratar el cáncer (quimioterapia) es la causa más frecuente de neutropenia. Algunos antibióticos, antiepilépticos, antipsicóticos, antiinflamatorios, fármacos cardiovasculares y otras medicinas también pueden bajar también los neutrófilos.
Cuando la neutropenia aparece asociadas al consumo de medicinas, la suspensión de las mismas suele ser suficiente para permitir una recuperación completa del número de neutrófilos, superándose estas alteraciones sin mayores problemas.
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