La expresión "ir de punta en blanco" se refiere a la idea de vestirse elegantemente o de manera muy cuidada, en especial en ocasiones especiales o importantes.
La teoría más aceptada sobre su origen se remonta a la época de la Edad Media, donde los caballeros y soldados vestían una armadura completa que se componía de piezas de metal llamadas "puntas" que cubrían cada parte del cuerpo. Cuando la armadura era nueva y recién pulida, estas "puntas" brillaban mucho, lo que significaba que el caballero estaba listo para la batalla y, por lo tanto, preparado para cualquier eventualidad.
Por lo tanto, la expresión "ir de punta en blanco" se refería originalmente a los caballeros que, antes de una batalla importante, se preparaban cuidadosamente limpiando y puliendo su armadura para que brillara y estuviera lista para el combate.
Con el tiempo, la expresión se fue adaptando al uso cotidiano para referirse a cualquier situación en la que alguien se viste con esmero y cuidado, ya sea para una ocasión especial, un evento importante, una entrevista de trabajo, entre otros.
